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Jorge Lorenzo tuvo grandes sensaciones sobre la GP18 en el #SepangTest, pero la situación fue muy distinta sobre el asfalto de Buriram. Las segundas pruebas de carácter oficial en la pretemporada 2018 plagaron de dudas el box del #99, que incluso pidió uno de los modelos del año pasado al Alma Pramac Racing. Necesitaba comparar el rendimiento sobre ambos prototipos para no perder el norte.
El movimiento se percibió en un primer momento como algo muy negativo, pero el propio corredor de Ducati puso calma al acabar su última jornada laboral. "Aunque la moto nueva no es mucho mejor que la anterior, sabemos que tiene más potencial. Así que empezaremos la temporada con la moto nueva", reconoció.
Jack Miller vivió una situación completamente distinta en el #ThaiTest. Se siente muy cómodo con el prototipo de Borgo Panigale. El australiano sabe lo que es tener problemas de adaptación y, tras vivir varios años de dificultad en Honda, mostró su apoyo al pentacampeón español: "Lorenzo es un maldito piloto rápido, si tiene preguntas él mismo encontrará las respuestas".
La perspectiva que le otorga un cambio de aires permite a 'Jackass' afrontar su nueva etapa con una filosofía más calmada: "Honda no es una moto mala, porque Márquez ganó el Mundial, pero nunca funcionó para mí. Lo que aprendí con ella me ayuda ahora".
Miller, quinto en la combinada de Tailandia, cerró los tres días de pruebas como la mejor Ducati. Para él fue un test "muy, muy positivo", aunque tiene claro que hay mucho trabajo por delante. Y en varias áreas, además. La parte positiva es que se siente preparado, tanto en el plano físico como en el mental. La base es buena: "Cada vez que conduzco la Ducati, tenemos que cambiar menos cosas. Eso es muy positivo, porque en un fin de semana de carreras hay menos tiempo".
Aunque todo ha encajado bien durante estos primeros meses como corredor de Ducati, el #43 no se atreve a ofrecer pronósticos. "No sé qué resultados puedo lograr en 2018, no tengo una bola de cristal", bromeó.