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Román Ramos ha sido uno de los pocos pilotos del Mundial de Superbikes que ha decidido anticipar el final de sus vacaciones para volver a subirse a su Kawasaki. Lo hizo en en el Circuito de Jerez hace unos días con motivo de unas tandas privadas, donde el piloto cántabro volvió a recuperar sensaciones sobre su Ninja ZX-10R además de probar algún componente nuevo.
A pesar de que la climatología no estuvo de su lado -sólo disfrutó de un día en seco-, Ramos valoró positivamente esta toma de contacto, especialmente durante la última jornada, cuando montó los neumáticos de agua para rodar con lluvia. "Tenía muchas ganas de volver a subir a la moto y la verdad es que me divertí bastante", cuenta el español en una entrevista al portal oficial del campeonato. "Las sensaciones fueron buenas. El primer día hizo bastante frío, pero no llovió, pudimos rodar en seco y fue bastante bien. El sábado no paró de llover y sólo pudimos rodar un poco por la mañana. El domingo decidimos ya rodar en agua y tuve muy buenas sensaciones con la pista mojada, hacía tiempo que no tenía un feeling así en mojado".
Mañana arrancan en Jerez dos jornadas de test oficiales para la mayoría de equipos del Mundial de Superbikes, una cita a la que no acudirá Román, que no volverá a subirse a su Ninja ZX-10R hasta el último test oficial de Phillip Island dentro de un mes. "Me hubiera gustado estar con todos los equipos de Superbike en Jerez, pero no ha sido posible, así que teníamos que sacar todo el partido y probar cosas en este test y así lo hemos hecho", cuenta el piloto del Team Go Eleven.
"Hemos probado un embrague nuevo que ha ido un poco mejor, y nos hemos quedado sin poder probar un basculante y algún componente más de la parte delantera, por culpa de la lluvia. Aun así, estoy contento, sobre todo por las sensaciones en agua, y ahora a esperar al test de Australia", añade Román, que espera poder probar en Phillip Island el material de fábrica al que ahora tienen acceso los equipos privados del WSBK tras el cambio de reglamento.
Precisamente, Ramos está convencido de que este cambio en la normativa técnica "no nos va a perjudicar para nada, al contrario", y explica el motivo: "Los ajustes que hemos de hacer son de motor. Hemos comprado las piezas que llevaban los pilotos de fábrica y las probaremos directamente en el test de Phillip Island y espero que vayan un poco mejor, al menos es lo que pinta sobre el papel".
En 2018, los pilotos más rápidos de la parrilla verán mermado el rendimiento de sus motores con la entrada de una nueva limitación electrónica en el régimen máximo de giro de sus motores. En el caso de Román Ramos, el español cree que le vendrá "mejor" al no verse afectado por esta medida, y a diferencia de los oficiales tendrá "un poco más de potencia". "Espero que esto se note y que nos ayude a estar un poco más arriba de donde hemos estado este año pasado, trabajaremos todo lo que haga falta para crecer, aunque creo que siempre habrá diferencias con las escuderías oficiales, que también han trabajado intensamente para afrontar la nueva campaña", apunta el de Santander.
Respecto a 2018, Ramos confiesa que la llegada de nuevos pilotos al campeonato como Loris Baz, Yonny Hernández o Toprak Razgatlioglu hará "más difícil estar este año en el top 10", aunque intentará " hacer lo máximo que podamos y cumplir con los objetivos que tenemos".