 Redacción @todocircuitoweb | Google+ |
Rosa Romero ha protoganizado una de esas historias que sólo se pueden dar en el Dakar, la que está considerada como la carrera sobre dos ruedas más dura del mundo. La piloto del Himoinsa Team tuvo que retirarse antes del arranque de la 11ª etapa del miércoles como consecuencia de la herida que sufrió cerca de la vena femoral durante el día anterior, cuando todavía quedaba media especial para llegar a meta.
Había poca luz y Rosa se fue al suelo en un cruce de ríos, con la mala fortuna de llevarse un corte de varios centrímetros en la pierna con el soporte del GPS. La catalana no se lo pensó dos veces, levantó la moto y completó los 140 kilómetros restantes con la sangre recorriéndole la pierna. Así lo narraba la propia piloto: "Apenas quedaban dos horas de luz y me faltaban más de 140 kilómetros para llegar a meta. Sabía que estaba dentro de una zona muy complicada y no quería que se me hiciera de noche. Pero en un cruce de un río, justo al principio de la segunda especial, todo estaba lleno de roderas y aparté la vista un momento de la pista para verificar el roadbook y asegurarme que iba bien. En ese momento he golpeado una piedra que me ha hecho volar por los aires".
"En el golpe me quedé un poco aturdida", comenta la mujer del también piloto Nani Roma. "Al recuperarme, vi que tenía todo el pantalón roto y que me dolía mucho el aductor de la pierna izquierda. Pero me subí en la moto porque quería llegar a meta. Lo que pasa es que a medida que iba avanzando notaba como la sangre me bajaba por la pierna. Llegué a pensar en que debería pedir asistencia médica, pero no quería detenerme, quería llegar hasta el final o hasta que mi cuerpo aguantase. Y lo conseguí, terminé la etapa".
Rosa Romero no es una novata en el Dakar. La de San Hipòlit del Voltelgrà ya acumula cuatro ediciones más a sus espaldas, terminando las dos últimas (2016 y 2017) como segunda mejor piloto femenina por detrás de Laia Sanz. La española sabía que el final de este Dakar estaba muy cerca, a sólo cuatro etapas, pero todo se complicó tras pasar por el hospital de campaña en el bivac de Fiambalá.
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"Fui directa al 'medical' y me dieron 8 puntos de sutura, una herida fea aunque por suerte superficial, pero los médicos me dijeron que no podía continuar por miedo a una infección al ser una zona que no puedo proteger. Estaba muy contenta con el Dakar que estaba haciendo, ¡62º de la general y 2ª Femina!", lamenta la catalana.
"Es una pena, me da muchísima rabia porque estaba aguantando el pulso a este Dakar tan difícil y bonito y estaba segura de que iba a poder llegar a Córdoba", finaliza Rosa, ahora centrada en ayudar a sus cuatro compañeros en el Himoinsa Racing Team -Gerard Farrés, Daniel Oliveiras, Marc Solà e Iván Cervantes-, que todavía resisten en el Dakar más duro de la última década.
