Imagen: Social Media Franco Morbidelli
 Por Cristian Ramón Marín @Crms74 | Google+ |
A veces, el aficionado medio está acostumbrado a carreras deportivas grandilocuentes. A que en cada Gran Premio se batan un par de récords porque nombres como Valentino Rossi, Marc Márquez o Jorge Lorenzo no dejan de engordar su palmarés cada temporada. Durante varios años, el itinerario fue casi sagrado: CEV, Moto3/125cc, Moto2/250cc y MotoGP. Había que quemar etapas. Algunas excepciones a esta regla no escrita triunfaron, como Nicky Hayden; otros que habían cumplido los objetivos con creces no han terminado de rematar, como Dani Pedrosa.
Franco Morbidelli es un gran ejemplo de que no es necesario triunfar en Moto3 para ganarse el respeto del paddock y de Valentino Rossi (de quien, por cierto, asegura que ha aprendido absolutamente todo). Su valía como piloto le ha ayudado a conseguir un puesto competitivo y proclamarse campeón del mundo de Moto2 con una solidez que solo se ha visto ensombrecida —a ratos— por Mr. Regularidad: Tom Lüthi.
'Franky' llegó a la parrilla de Moto2 después de competir durante dos años en los certámenes italiano y europeo de STK600, categoría de la que fue campeón a nivel continental en el año 2013. La misma campaña de su debut en Moto2, aunque no fue un fijo en las hojas de inscritos hasta el año siguiente.
Su primer podio sobre un prototipo de Moto2 llegó en Indianapolis 2015, y tuvo que pasar un año hasta que en Assen 2016 consiguiera el segundo. En ese momento algo hizo click y, a partir de entonces, tuvo un pase permanente para las ceremonias del cava. Pero se le resistía la primera victoria. Esa que, muchas veces, otorga al piloto la confianza que necesita para florecer.
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Y ese hito se cumplió en Qatar, la primera prueba del curso 2017. El click se volvió a activar de nuevo para dar un paso adelante, y Morbidelli también ganó en Argentina y Austin. Tres de tres, un inicio deslumbrante con el que presentó su candidatura al título. No ha sido el piloto más regular, pero los cinco triunfos que llegaron después de Texas han maravillado a la afición y a sus rivales, que no han sido capaces de arrebatarle la corona.
Franco ha conseguido el primer título de la historia de Moto2 para Italia, pero no solo eso: el #21 toma el relevo del mismísimo Marco Simoncelli, que fue el último campeón transalpino de la categoría intermedia. Este chico de orígenes brasileños es tranquilo y callado. Deja que sus cifras y sus logros deportivos hablen por él.
La camiseta de campeón de Morbidelli rezaba 'Franky says relax', una frase extraída de una canción subida de tono de los años 80. El guiño le va perfecto: siempre está relajado y el objetivo no se le ha resistido cuando ha decidido atacar. Cuando se ha visto preparado para hacerlo. El italiano llegó a la élite sin hacer ruido, por un camino alternativo, y se mantiene fiel a esa filosofía. Excepto en pista, claro, donde ya ha dado su primer golpe encima de la mesa. De STK600 a MotoGP. Como campeón de Moto2. Con la calma como aliada. El Franky ganador pide relax.
