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Jonathan Rea ha tenido que desmentir decenas de rumores sobre su futuro en MotoGP desde que comenzó su dominio en el Mundial de Superbike. Hace unas semanas se le vinculó con el Team Suzuki Ecstar de la categoría reina y lo negó, pero las preguntas son habituales. Muchos quieren verle en el Grand Circus para comprobar de qué es capaz si en dos participaciones como wild-card (Misano y Aragón 2012, con el Repsol Honda Team) acabó octavo y séptimo, respectivamente.
Poco después de convertirse en el primer piloto que gana tres títulos consecutivos de WorldSBK, La Gazzetta dello Sport le insistió sobre el tema, y su respuesta fue un poco más generalista que de costumbre: "Tengo contrato con Kawasaki para 2018 y ellos no compiten en MotoGP. Así que, al menos durante otro año, me verás correr en Superbike".
"A mitad de año expira mi contrato, y también los de otros pilotos top de ambos campeonatos. Habrá una forma de hablar, pero soy franco: estoy bien aquí, y Kawasaki es mi casa", detalló el tricampeón, abriendo una pequeña puerta a conversar con otras estructuras. Algo atípico en él.
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'Johnny' fue la sensación del fin de semana en Magny-Cours tras dominar los libres, la FP3, la Superpole y la primera prueba del fin de semana de principio a fin. Su triunfo número 50 le permitió ganar un título muy especial: "El primero fue inolvidable, pero este es el más bonito de todos. Gané la carrera y conseguí las 50 victorias desde la pole. Fue el fin de semana soñado".
A pesar del gran rendimiento del viernes y el sábado, las cosas no tuvieron el guion esperado el domingo por una caída de Eugene Laverty. Rea se encontró con su moto y sufrió un golpe en el pie derecho, circunstancia que le obligó a pasar por el pit lane y abandonar la carrera. Toca pasar página para acabar la temporada "de la mejor manera posible". "Yo soy el que cruza la línea de meta, pero detrás tengo un montón de gente que trabaja con la misma hambre que yo. Eso es lo bonito de estar en Kawasaki", zanjó el norirlandés.