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Michelin afronta este fin de semana uno de los grandes premios más exigentes de la temporada, Argentina, un escenario en el que la fábrica francesa sufrió el año pasado como en ningún otro circuito. Nadie olvida el reventón que sufrió Scott Redding durante el FP4 del GP de Argentina 2016, un incidente que obligó a la organización del campeonato a dividir en dos la carrera de MotoGP, con un sistema flag-to-flag similar al que ya se vivió con Bridgestone en el GP de Australia de 2014.
Hasta la carrera del año pasado, Michelin sólo había llevado a cabo un único test en Termas de Río Hondo. Fue en 2015, cuando la marca francesa preparaba su regreso a MotoGP, una jornada de pruebas que además estuvo condicionada por la lluvia. Por este motivo, Michelin deconocía la capacidad de abrasión y de desgaste de la pista de Termas de Río Hondo, una de las más rápidas del calendario, llevando unos neumáticos cuya construcción no fue capaz de soportar la potencia y la velocidad de la Ducati de Scott Redding.
A partir de aquel incidente, Michelin decidió tomar cartas en el asunto, desarrollando 'in extremis' un nuevo neumático con una carcasa más rígida que algunos pilotos, entre ellos Dani Pedrosa y Pol Espargaró, criticaron por la pérdida de grip que ofrecía.
Ahora, un año después, Michelin asegura llegar a Argentina con los deberes bien hechos. Los galos ofrecerán sus tres compuestos (blando, medio y duro) tanto delante como detrás, con una estructura asimétrica para el blando y el medio trasero (compuesto más duro en la banda derecha), mientras que la opción dura trasera será simétrica.
Piero Taramasso, Manager del Grupo Dos Ruedas de Michelin Motorsport, es consciente de que "en esta carrera todo el mundo centrará su atención en Michelin. Aprendimos muchas cosas de la ronda del año pasado que alteraron nuestros planes para 2016. El objetivo ahora es mejorar en aquellos circuitos donde sufrimos el año pasado y Termas es uno de ellos, así que esperamos dar grandes pasos aquí".
A diferencia del resto de circuitos del calendario, Termas de Río Hondo es un circuito que no tiene demasiada actividad a lo largo del año, una situación que perjudica el estado de la pista, que acumula mucha suciedad entre carrera y carrera: "El circuito no tiene demasiado uso y esperamos que esté algo sucio cuando lleguemos, así que la primera sesión será más bien de limpieza, pero después de eso esperamos mejoras a lo largo del fin de semana sin las condiciones lo permiten".
Entrando en detalle sobre la configuración del circuito, Taramasso explica que "el asfalto es muy abrasivo con algunas curvas largas y rápidas, además de zonas con fuertes frenadas, dando como resultado uno de los circuitos con la velocidad media más alta del año. Estas características son exigentes tanto con el neumático delantero como el trasero, y el tiempo también puede ser muy impredecible en esta zona durante esta época del año. Es una carrera con muchas variables, pero con los conocimientos que ya tenemos, y las evoluciones introducidas en estos últimos 12 meses, estamos listos para cualquier contratiempo. La determinación de todo el equipo para hacerlo bien es más fuerte que nunca".