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Jorge Lorenzo sólo dispondrá de dos días en 2016 para poder probar su nueva Ducati Desmosedici. El contrato que vincula al piloto español con el equipo Movistar Yamaha Factory Racing finaliza el próximo 31 de diciembre, de ahí que sea la fábrica de Iwata la que está en disposición de permitir o no que Lorenzo pruebe su futura moto antes de que termine el año.
De acuerdo a las declaraciones de Paolo Ciabatti durante el pasado Gran Premio de Aragón, Yamaha permitirá que Jorge pueda probar la GP17 los días 14 y 15 de noviembre en Cheste, es decir, durante las dos jornadas de test posteriores al Gran Premio de Valencia. A partir de ese momento, el mallorquín tendrá que esperar hasta los primeros test IRTA del mes de febrero en Sepang para volver a subirse a la Ducati, perdiéndose los test que la mayoría de equipos completan a finales del mes de noviembre, antes de que se inicie la prohibición de test invernales el 1 de diciembre.
"Ésta es una de las razones por las que nos estamos asegurando de que tendremos el prototipo de 2017 listo para el primer test que se llevará a cabo después del GP de Valencia. Será la única ocasión en la que podremos tener el feedback de Lorenzo", adelantó Ciabatti en Aragón al portal GPone.com, a la vez que aseguró que "no habrá retrasos en el programa, tendremos dos motos, una para Dovizioso y otra para Lorenzo", refiriéndose al test de dos días de Cheste.
Aunque las fábricas suelen ser permisivas en este tipo de situaciones, en el pasado ya se han dado casos en los que un piloto ha tenido que esperar a que termine el año para conocer su nueva moto.
Ocurrió en 2003, cuando Valentino Rossi ganó su segundo mundial consecutivo con Honda en MotoGP (el tercero en la categoría reina con el de 500 en 2001). Por aquel entonces, la marca del ala dorada se negó a que el italiano probase la YZR-M1 en Valencia, obligando al de Tavullia a tener que esperar hasta los IRTA de Sepang del mes de febrero para subirse a la moto con la que terminaría ganando los dos siguientes campeonatos del mundo.
Más tarde, en 2010, Yamaha sí que le concedió el permiso a Valentino para probar la Ducati en Cheste, una decisión motivada por todo lo que el italiano había hecho por la fábrica de Iwata en los últimos años. Situación que ahora se repite con Jorge Lorenzo.