 Por Alfonso Somoza @sukosomoza | Google + |
La de Misano fue una cita muy especial para Aprilia. La fábrica italiana corría a poco más de 250 kilómetros de Noale, su sede central, de ahí que Romano Albesiano lanzase un órdago a sus dos pilotos oficiales si alguno de ellos conseguía clasificarse directamente para la Q2, algo que ni Stefan Bradl ni Álvaro Bautista habían conseguido hasta la fecha.
Si alguno ellos lograba evitar la Q1, se llevaría nada más y nada menos que una Aprilia RS-GP 2015, el modelo del año pasado, una moto 'híbrida' basada en la RSV4 del Mundial de Superbike valorada en 1 millón de euros.
Bradl no brilló en los tres primeros entrenamientos libres del GP de San Marino, conformándose con una 17ª plaza en la FP3 que le dejaba sin el 'premio' ofrecido por Albesiano. Bautista, sin embargo, fue uno de los protagonistas durante los primeros libres de Misano, confirmando el buen funcionamiento del chasis estrenado por Aprilia en este gran premio.
El talaverano fue 11º en el FP3, pero se clasificó directamente para la Q2 después de que Michele Pirro cambiara su estatus de wildcard a piloto de fábrica con Ducati por la lesión de Andrea Iannone, viéndose obligado a pasar por la Q1 a pesar de haber terminado 9º.
De este modo, Bautista no sólo conseguía su mejor clasificación del año: además se llevaba a su casa toda una MotoGP de fábrica, la RS-GP 2015 de Aprilia, un buen recuerdo para el año que viene... ya en las filas del Aspar Team con una Ducati.
