
Operación agujetas en marcha
Al día siguiente, me levanto de la cama con agujetas para dar y tomar, sobre todo en la pierna izquierda por culpa de la maldita bota de hierro (terminarás odiándola, créeme). Duchita, buen desayuno y de nuevo rumbo a Motorland Aragón para el segundo y último día de curso en el Noyes Camp.
¿El plan alternativo? Movernos al circuito de motocross que hay justo al lado para seguir con el curso. Bueno, quizás llamarlo "circuito de motocross" no es lo más acertado porque no tiene saltos y el ancho es inferior al habitual, pero lo que sí os puedo decir es que es un trazado divertidísimo lleno de curvas cerradas ideales para entrar derrapando.
La dinámica en este circuito fue parecida a la del sábado, aunque algo más comprimida en tiempo porque a mediodía nos ibámos a comer todos a un restaurante muy chulo a orillas de un lago, y después de eso cada uno volvía para casa.
La dinámica en este circuito fue parecida a la del sábado, aunque algo más comprimida en tiempo porque a mediodía nos ibámos a comer todos a un restaurante muy chulo a orillas de un lago, y después de eso cada uno volvía para casa.
Antes de entrar en faena, Kenny nos dio algunos consejos sobre cómo tomar ciertas curvas del circuito, especialmente una con un radio de 180º en la que entras en subida y sales en bajada. Terminado el discurso, nos calzamos la bota de hierro y empezamos a dar vueltas como peonzas, con Kenny siempre a nuestra rueda para ir fijándose en nuestro pilotaje y echarnos a un lado de vez en cuando a darnos una charla personalizada de lo más instructiva.
Con el mapa del circuito grabado a fuego en nuestro cerebro, llega el momento de hacer una Superpole. La dinámica es sencilla: cada piloto hace una vuelta lanzada en la que debe completar el trazado en el menor tiempo posible. La verdad es que el pique entre Kenny y Pietri estuvo muy divertido, ya que a cada vuelta iban bajando el crono de cada uno, hasta que el bueno de Noyes marcó un tiempo imposible de batir para el venezolano. El resto jugábamos en otra liga, aunque no os voy a negar que más uno se dejó la piel por no quedar el último...
Para complicar más las cosas, también hicimos el circuito a la inversa, perdiendo todas las referencias que habíamos ido cogiendo a lo largo de la mañana, ¡desde luego que Kenny nos lo quería poner difícil!
Como punto y final al curso, antes de terminar, organizamos una carrera respetando el orden de salida de los tiempos marcados en la Superpole... pero a la inversa. Es decir, los más lentos delante y los más rápidos los últimos, separados todos por un buen puñado de metros para que los menos rápidos tuviesen la oportunidad de optar a la victoria. No hace falta decir que Kenny y Pietri, a pesar de que salieron los últimos a kilómetros del primero, terminaron pasándonos a todos y cruzaron la línea de meta con una amplía ventaja.
Llegada la hora de comer, con todos destrozados, llenos de polvo pero felices, fue el momento de poner punto y final a uno de los mejores y más divertidos cursos de pilotaje a los que he asistido nunca.
Si te estás preguntando si un curso de este estilo tiene sentido para alguien que rueda habitualmente en un circuito de velocidad, mi respuesta es clara: un SÍ rotundo. Aquí podrás entrenar las derrapadas que no te atreves a intentar sobre tu deportiva, con una moto de sólo 90 kgs y 15 cv totalmente controlable. Entenderás ciertas reacciones de la moto y cómo superar algunas situaciones que también se pueden dar en un circuito de velocidad con una moto que pesa el doble y tiene 100 o 150 cv más.
No hay más que ver que los cursos de Kenny suelen contar con la presencia de pilotos que corren el Mundial de Motociclismo, el CEV o el AMA Superbikes. Incluso Valentino Rossi se ha montado su propio rancho de dirt track a las afueras de Tavullia. Por algo será, ¿no?
<- Página anterior | Siguiente página ->
<- Página anterior | Siguiente página ->