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La categoría Sport-Tourist sigue reforzándose año tras año con la aparición nuevos modelos como la Tracer 700 de Yamaha, y es que este tipo de motos, bien de cilindrada media o alta, ofrecen al usuario un abanico de posibilidades de uso que las hacen realmente atractivas.
En la siguiente vídeo prueba te contamos todo sobre ella:
En este caso, la Tracer 700, un modelo de peso medio, se muestra como una moto ideal para aquellos usuarios que busquen una moto asequible, fácil de conducir y de uso diario, pero que igualmente les permita una conducción alegre y divertida haciendo curvas, y por supuesto, que les permita viajar con ella si así se lo proponen.
Con estas prioridades, Yamaha emplea como base la MT-07, variando sus formas y geometrías para adaptarla a un uso más rutero pero sin perder en exceso sus capacidades deportivas. Para empezar, su basculante de aluminio se alarga para ofrecer mayor estabilidad en alta velocidad, y su nuevo diseño otorga al piloto mayor protección mediante un nuevo frontal, cubre puños, y una pantalla regulable de forma manual de la que se echa en falta una mayor protección aerodinámica y contra los elementos.
El asiento se eleva hasta los 835 mm y cuenta con un diseño más ergonómico y pensado para largas distancias, teniendo un buen mullido y estrechándose en la zona delantera para mejorar la movilidad del piloto y llegar mejor al suelo. Sin embargo, el acompañante se encuentra en un término medio a nivel de comodidad, ya que si bien sus estribos están situados a baja altura y las asas proporcionan una buena zona de agarre, el asiento podría tener un poco más de espacio de cara a recorrer largas distancias.
Otro punto que crece es el depósito, el cual eleva su capacidad hasta los 17 litros, que combinado con un consumo que siempre ha oscilado en torno a los 4,5 l/100 km, nos otorga autonomías superiores a los 300 km. Respecto al nivel de información, disponemos del mismo display digital que monta la MT-07, en el que quizás podamos echar en falta algún dato más dado el carácter rutero de la moto, además su ubicación se aleja en exceso del piloto obligándonos a incorporarnos de una forma más exagerada para navegar por él ya que tampoco cuenta con un botón para tal efecto en la piña izquierda.
La mecánica sigue estando confiada al un bicilíndrico de 689 cc de configuración crossplane, el cual desarrolla 75 cv a 9.000 rpm y un par motor de 68 Nm a 6.500 rpm. Dicho motor deslumbra por sus buenas capacidades, ofreciéndonos un enérgico empuje a bajo y medio régimen a la par que lo hace de una forma lineal y progresiva y estirándose rápido las revoluciones hasta las 8.000 vueltas.
Con todo ello, dicha mecánica nos ofrece mucha confianza a la hora de efectuar adelantamientos y recuperaciones si transitamos carreteras secundarias o autopistas, y de igual forma, contamos con un primer tacto del acelerador bien dosificado que ayuda a no echar en falta ayudas electrónicas y que facilita la conducción a baja velocidad como por ejemplo en ciudad.
En cuanto a su parte ciclo, solo hay cambios respecto a la MT-07 en su apartado de suspensiones. Las mismas cuentan con un tarado específico para su estilo de conducción, manteniendo el recorrido de 130 mm y sin posibilidad de regulación la horquilla delantera. El amortiguador trasero si cuenta con regulación aunque se echa en falta un regulador en forma de pomo para ajustar en función de la carga que llevemos, y en este caso, su recorrido aumenta hasta los 142 mm. Con ello, disfrutaremos de unas suspensiones con evidente comportamiento deportivo que aportan firmeza y estabilidad, tanto a alta velocidad como en el paso por curva y a la hora de detener la moto, y un buen grado de precisión, aunque si evidencian una ligera tendencia al subviraje en una conducción más 'alegre' y un comportamiento 'seco' a la hora de absorber baches o irregularidades del asfalto.
Para los frenos seguimos hablando de discos dobles de 282 mm con pinzas de cuatro pistones en el eje delantero y una sola pinza mordiendo un disco de 245 mm en el eje trasero, y ayudados por el sistema ABS poco intrusivo, cuya potencia de frenado es muy correcta y bien dosificada sobre todo en el primer tramo, aunque por contra la palanca del trasero se hunde demasiado.
En general, la Tracer 700 ofrece al conductor un conjunto muy dinámico, una moto muy ágil y fácil de conducir en cualquier circunstancia gracias en parte a puntos como su contenido peso o buen radio de giro, con una buena ergonomía pensada para recorrer distancias mayores, o sobre todo al equilibrio que guarda la conexión mecánica con su parte ciclo que la convierten en un modelo muy deseado en su segmento.
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