Una vez tenemos los moldes los presentamos en la moto y, de momento, no hace falta que les pongamos fibra de vidrio para sujetarlos a la moto. Tan solo nos bastará de momento con masilla de relleno, con que lo sujetemos un poco en su posición y empezamos a masillar; en poco tiempo quedarán firmes. Si vuestra mujer se aburre se puede dedicar o a ayudaros o a pintar el morro de la moto con caritas ¡jajajajaja!
Y, como antes llega, el momento de empezar a lijar para dejarlo fino, pasando la yema por encima de lo lijado, sentiremos cómo va quedando el trabajo que estamos haciendo.
Y para terminar y dejarlo bien, una manita de masilla de acabado.
Cuando vemos que tenemos todo bien lijado, es hora de empezar a darle una manita de imprimación. La imprimación es una base para que la pintura agarre mejor, y también al darle la imprimación veréis los fallos más grandes que os habéis dejado. Ahí ya es decisión del acabado que queráis, si la veis bien y la queréis pintar ya, o queréis la perfección para disfrutarla en el circuito sin preocuparte de destrozar el carenado de serie. Yo aquí e dado una mano de imprimación y he lijado los fallos más grandes que tenía.

Y como si de jamones se trataran, ahí colgadas le damos la imprimación.
Y la primera mano de pintura.
Y ahora una segunda mano de pintura. Las pasadas han de ser horizontales, cubriendo el carenado y ,cuando seque, darle otra pasada pero esta vez verticales; dejar tiempo entre mano y mano unos 10 minutos, para que seque y nos os hagan gotas; una vez puesta la pintura, le daremos una buena capa de laca brillante. Lo que tenéis que saber es que ninguna laca que os vendan os va a dar un brillo espectacular en ningún sitio.
Esa laca hay que pulirla luego, es decir, compraremos una hoja de lija, alguna del grano más alto que tengan, creo recordar que es 1000 o 1200, y lijamos el carenado haciendo círculos muy suaves sin hacer mucha fuerza, pero para hacer esto, es importante haberle dejado una buena capa de laca, y haberla dejado como mínimo 24 horas secar. Una vez tengamos toda la moto lijada, la lavaremos con agua y jabón, y compraremos pulimento; con un bote mediano, suficiente (6 euros) y con la ayuda de un disco de algodón, puliremos toda la moto. Ahora cogemos la moto, que llevará unos cuantos días la pobre desnuda pasando frío, y le pondremos su nuevo traje de circuito.
Por Oscar Meléndez Martín.