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Aunque Jorge Lorenzo terminó ayer a más de un segundo de su espectacular pole del pasado sábado en Valencia, el vigente campeón del mundo de MotoGP se mostró feliz por los avances conseguidos durante estos dos últimos días de test en Valencia. Después de rodar durante la mayor parte del martes con la YZR-M1 de 2015, Lorenzo aparcó ayer su moto de esta temporada para dedicarle más tiempo a la M1 2016, una moto que ya nos ha dejado ver algunos cambios relevantes.
El primero y más significativo, la ubicación del depósito de combustible, ahora en el colín de la moto y no en el depósito como en la M1 anterior, en un intento por centralizar mejor las masas y el reparto de pesos con los nuevos Michelin. La YZR-M1 2016 también monta una horquilla Öhlins nueva y un sensor de par que permite gestionar mejor el desgaste del neumático trasero.
El primero y más significativo, la ubicación del depósito de combustible, ahora en el colín de la moto y no en el depósito como en la M1 anterior, en un intento por centralizar mejor las masas y el reparto de pesos con los nuevos Michelin. La YZR-M1 2016 también monta una horquilla Öhlins nueva y un sensor de par que permite gestionar mejor el desgaste del neumático trasero.
Tras completar ayer 48 vueltas, el mallorquín lorgró su mejor registro en el penúltimo giro, un optimista 1:31.282 que le deja a sólo 222 milésimas de segundo del piloto más rápido de estos test, Marc Márquez. Lorenzo resumía así su primera toma de contacto con la electrónica Magneti Marelli y los Michelin del próximo año: "La moto de 2016 que ya probamos en Aragón es la que mejor se ha adaptado a los Michelin. El depósito de combustible está en la parte trasera, detrás del asiento, en lugar de delante del piloto como antes. Hoy nos hemos centrado en la electrónica, nuestros tiempos por vuelta todavía son medio segundo más lentos que con la versión anterior".


"El otro asunto en el que nos hemos centrado es en el neumático delantero de Michelin", explica el español, "que todavía intentamos mejorar. Frenando noto que, por ejemplo, el trasero tiene mucho agarre por el centro, pero cuando empiezas a inclinar y sigues frenando, el delantero te da más inestabilidad y no puedes forzar demasiado con los frenos. Hoy he utilizado la electrónica de 2016 durante todo el día. Ayer ni la potencia ni el freno motor nos estaban dando su mejor rendimiento, por eso hemos trabajado con ella hoy y creo que hemos mejorado bastante a lo largo del día".
Por el momento, Yamaha no regresará a pista hasta los próximos test de Sepang en febrero. Sin embargo, en Japón se están planteando realizar un último test antes de que termine el mes de noviembre, posiblemente en Jerez.