Chamonix, ciudad en la que se dieron los inicios del montañismo, sirve de campo base y centro neurálgico para preparar el ascenso del equipo e invitados de Desafío Extremo. Situada a 1.100 metros de altitud, desde Chamonix han realizado varias excursiones para aclimatarse y prepararse con un elevado nivel de seguridad para el ascenso final, siguiendo un minucioso plan preparado por el propio Jesús Calleja.
El miércoles, los pilotos realizaron un trabajo de aclimatación a la altitud, subiendo a l’Aigüille du Midi, a 3.842 metros de altitud, donde permanecieron durante todo el día para acostumbrar su cuerpo a la menor presión atmosférica y evitar así la hipoxia, es decir, una falta de oxígeno en el organismo. Esto pasa porque a mayor altitud respecto al nivel del mar se reduce la presión atmosférica, y se hace más difícil que el oxígeno pase del aire inspirado a la sangre. Debido a ello, es necesario inspirar más veces y se requieren más pulsaciones del corazón para transportar la misma cantidad de oxigeno en sangre.
Ayer, jueves, en la segunda jornada de preparación, Marc Coma, Héctor Barberá, Jesús Calleja y el resto del equipo de “Desafío Extremo” realizaron una vía ferrata con una caída de 200 metros, hasta el glaciar Mer de Glace, una enorme mole de hielo perpetuo. Allí y tras descender por la vía ferrata, todo el grupo se familiarizó por vez primera, a unos 1.900 metros de altitud, con el uso de los crampones, superando grietas y descendiendo paredes de hielo haciendo rápel o subiendo con la ayuda de piolets y crampones. Por la noche, el equipo dio la bienvenida a Dani Pedrosa, y se despidió momentáneamente de Marc Coma, que por compromisos personales, se ausentará hasta el domingo.
Dani Pedrosa, Héctor Barberá y todo el equipo de Jesús Calleja cruzaron el famoso túnel del Mont Blanc, que pasa de Francia a Italia, para coger en Courmayeur (a 1.224 metros de altitud), un funicular que les ha llevado hasta la punta Helbonner, a 3.462 metros. Allí han podido seguir trabajando en altitud para continuar con la aclimatación de todo el equipo, además de practicar nuevamente con crampones y cuerdas, en una jornada muy positiva para todos.
Las previsiones meteorológicas, desafortunadamente, no son alentadoras, y después de tres días soleados y buen clima, se prevé un empeoramiento del tiempo a partir de mañana por la llegada de un frente de origen polar, situación que obligará a adelantar la agenda de la expedición. Mañana, todo el grupo a excepción de Marc Coma –que se unirá el domingo temprano- se dirigirá al primer refugio, el Tete Rouge, situado a 3.167 metros de altitud. Al día siguiente y ya con la presencia de Marc Coma, el equipo dormirá en el refugio de Gouter, a 3.863 metros, para emprender el ataque a la cima entre el próximo lunes y martes.
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Fuente: Motociclismo.es