El Circuit Ricardo Tormo echó el cierre a un Mundial 2025 de infarto, y lo hizo con una fiesta que rompió todos los moldes. Los MotoGP Awards, la tradicional gala de fin de temporada, abandonaron su habitual formato exclusivo para abrirse por primera vez en la historia al gran público.
Y el público, como era de esperar, respondió a la llamada. Un total de 1.500 aficionados pagaron 25 euros por cabeza para poder vivir desde dentro la coronación de sus ídolos. El resultado fue una ceremonia con un ambiente más propio de la Grada Amarilla de Cheste que de un acto de etiqueta: bufandas, cánticos y una pasión desbordada que se hizo notar durante toda la velada.
La noche fue un desfile de héroes. Los tres mejores pilotos de Moto3, Moto2 y la categoría reina subieron al escenario para recoger sus merecidas medallas. Hubo momentos para la historia, como la ovación recibida por Diogo Moreira, que celebró su título de Moto2 convirtiéndose en el primer campeón mundial de la historia de Brasil, o el paseo triunfal de José Antonio Rueda entre el público para recoger su medalla de campeón de Moto3.
Pero la fiesta tenía un nombre propio, un protagonista absoluto: Marc Márquez. La temporada 2025 será recordada como la de la mayor remontada en la historia del deporte, y la gala de Valencia fue su acto de coronación definitivo. El piloto del Ducati Lenovo Team fue la gran estrella al subir a recoger la flamante Torre de Campeones que le acredita como el rey de MotoGP.
Fue el momento álgido de la noche, y Márquez lo hizo suyo. Rompiendo el protocolo establecido, el de Cervera pidió que subieran con él al escenario sus padres, Roser y Julià, y su hermano Álex. La imagen de los cuatro, juntos, posando con el trofeo mientras el público coreaba "¡Márquez, Márquez!", fue el instante más emotivo de la ceremonia.
El piloto español estaba desatado y acaparó todos los focos. La del Mundial no fue la única estatuilla que recogió. También subió al escenario para llevarse el prestigioso BMW M Award, el premio que designa al mejor piloto en clasificación de toda la temporada y que, de paso, le permite aparcar en su garaje un BMW M2 CS valorado en casi 150.000 euros.
Por si fuera poco, la afición también le premió. Márquez recogió el Agostini Fan Award, el galardón votado por el público al mejor adelantamiento del año. La maniobra ganadora fue su brutal doble pasada a Pecco Bagnaia y a su propio hermano Álex en la penúltima curva del Gran Premio de Las Américas, en Austin.
"Por supuesto que siento todo el apoyo en el mundo entero y especialmente aquí en España. Es increíble recibir este premio", agradeció Marc al recoger el trofeo de los fans. Con deportividad, añadió: "Ha habido adelantamientos muy buenos este año, creo que el de Fermín (Aldeguer) fue uno de los más difíciles".
Sin embargo, la celebración perfecta se vio empañada por un momento ciertamente desagradable. El lío se formó durante la proyección de un vídeo que resumía la cena entre leyendas celebrada el pasado septiembre, en la que participaron mitos como Giacomo Agostini, Casey Stoner, Kevin Schwantz, Dani Pedrosa y Valentino Rossi.
El #46, retirado y ausente en Valencia, se convirtió en protagonista involuntario. Cada vez que su rostro aparecía en las pantallas gigantes del recinto, una parte muy ruidosa de los 1.500 asistentes le dedicó una sonora y prolongada pitada, acompañada de algún que otro insulto. Los abucheos, claros y contundentes, retumbaron en la sala y se colaron en la retransmisión.
Puedes verlo y escucharlo a continuación:
El momento fue tan desagradable que el propio Marc Márquez, el ídolo de esa misma grada, decidió no mirar para otro lado. Justo después de su gran momento de gloria, micrófono en mano y antes de bajar del escenario, se dirigió directamente al público.
"Me gustaría decir que hay que respetar a todo el mundo. Esto es lo más importante", afirmó con seriedad el campeón. Sus palabras cortaron los murmullos y provocaron, esta vez sí, una cerrada ovación de la grada hacia su ídolo. "Todos luchamos mucho", sentenció Márquez, zanjando la polémica con un gesto de señorío.
Leer también: Marini obra la gesta en Cheste y "libera" a Honda
La gala concluyó finalmente con el listón por todo lo alto, con el artista Daddy Yankee poniendo el broche musical a una temporada inolvidable. Una noche que coronó a Márquez como rey absoluto, pero que también le encumbró como un campeón capaz de pedir calma y respeto para su eterno rival.
