Álex Márquez se ha tenido que conformar ese domingo con un cuarto puesto en Australia, un resultado "de pura gestión" como él mismo ha definido tras una carrera en la que ha tenido que controlar el desgaste de sus neumáticos hasta la última vuelta, quedándose a las puertas del podio, justo pro detrás de un Marco Bezzecchi que, con su tercer puesto de hoy, ha superado a Pecco Bagnaia en la general del campeonato.
Con el título de MotoGP 2025 decidido hace tiempo a favor de su hermano Marc, y el subcampeonato ahora prácticamente blindado (aventaja en 97 puntos al nuevo tercero, Marco Bezzecchi), Álex Márquez puede centrar ahora su estrategia en un premio que el #73 nunca se ha llevado a casa: el BMW M Award.
El propio piloto confesó haberse relajado cuando la situación se complicó. "Al final he tenido que bajar un poco el ritmo porque cuando iba segundo solo pensaba en alcanzar a Fernández sin prestar atención a los neumáticos", admitió el catalán.
La prudencia se impuso al instinto. "Me había prometido dar el 100% en cada vuelta y así lo he hecho. Me he divertido, pero cuando estaba sufriendo y he visto a Di Giannantonio y Bezzecchi, he respirado. Me he dicho que ya había arriesgado bastante y he preferido llegar cuarto".
El cuarto puesto de Australia, por tanto, es un paso firme. "En general ha sido una buena carrera y la he salvado muy bien", resumió Álex. Y eso que el fin de semana no fue sencillo. "Durante todo el fin de semana la moto ha sufrido de estabilidad y, de hecho, me he caído en la clasificación en la curva 1, pero no he perdido la confianza".
Con los deberes hechos en Australia, la mente ya vuela hacia Malasia. "Ahora vamos a Sepang con la misma mentalidad y ganas de hacerlo bien. Estoy en paz conmigo mismo y sé que hoy he dado el máximo", concluyó Márquez. "Como Montmeló, la pista malasia me da confianza porque sé que trabajando bien podré ser muy rápido, así que iré allí sabiendo que parto de cero y veremos dónde estoy el domingo".
Ya sin presión en la general, Álex Márquez tiene una nueva misión entre ceja y ceja: arrebatarle a su hermano el BMW M Award, el codiciado premio que se entrega al piloto con mejores resultados en las sesiones de clasificación de toda la temporada.
La batalla por el coche es, ahora mismo, un asunto puramente familiar. Marc Márquez lidera la tabla de los sábados con 351 puntos, cimentados en ocho impresionantes pole positions. Álex le sigue con 292 puntos y una única pole, la lograda en Catalunya. La desventaja es de 59 puntos, y con tres poles todavía por decidir -75 puntos-, el de Gresini mantiene la esperanza.
Aquí es donde el destino le ha echado una mano al #73'. Con Marc Márquez fuera de combate por lesión y con la previsión de que se pierda, como mínimo, tres Grandes Premios (incluyendo este de Australia), la remontada es matemáticamente posible. Álex tiene pista libre para recortar la desventaja y "robarle" el coche a su hermano.
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El ganador se llevará a casa el nuevo BMW M2 CS, una edición especial presentada en mayo con un precio de 141.100 €. Se trata de una máquina de 530 cv de potencia, equipado con un motor de seis cilindros en línea M TwinPower Turbo, que acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 3,8 segundos.