
Javier OrtegaRedactor |
El Gran Premio de San Marino fue el escenario elegido por Dorna para introducir un cambio sustancial en la ceremonia previa a la salida de la carrera principal de MotoGP. A partir de ahora, los pilotos de la categoría reina están obligados a bajarse de sus motos diez minutos antes de apagarse el semáforo para escuchar el himno nacional del país anfitrión en estricta formación, exactamente igual que ya sucede en el Mundial de Fórmula 1.
La entrada de Liberty Media en el Mundial de Motociclismo ya está empezando a dejar sus primeros destellos, y este uno de ellos. Antes, los pilotos de MotoGP simplemente se quedaban sobre sus motos o junto a ellas durante los actos previos a la salida, charlando con sus técnicos y planificando su carrera.
Desde Misano, sin embargo, todos los pilotos deben formar una fila en forma de U con las posiciones ya definidas de antemano, colocándose en parejas por equipos. Al término del himno del país anfitrión, tienen luz verde para regresar a su posición en la parrilla.
Si un piloto decide no asistir a esta ceremonia, el campeonato le impondrá una primera multa de 500 euros. Y si es reincidente, la cifra irá aumentando de forma paulatina, exactamente igual que en el Mundial de Fórmula 1.
Para la mayoría de pilotos, añadir otra obligación más a su ya de por sí apretada agenda es un auténtico engorro. Más allá de su trabajo en pista y en boxes, los pilotos de MotoGP han ido asumiendo una mayor carga de compromisos con el paso de los años, especialmente desde 2023, cuando se introdujo la carrera al Sprint además del Hero Walk -un paseo por el paddock firmando autógrafos y haciéndose fotos con los fans- y el Riders Fan Parade -vuelta al circuito en autobús descapotado-, estos dos últimos programados para la mañana del domingo, después del warm-up y antes de la salida de Moto3.

El malestar entre los integrantes del paddock es más que evidente. Entre las sesiones de entrenos, sus charlas con la prensa, los eventos de sus patrocinadores personales, los actos organizados por sus marcas y los compromisos a los que les obliga Dorna, los fines de semana se han convertido en un caos que para muchos roza ya lo excesivo.
Marc Márquez fue el portavoz de sus compañeros el pasado fin de semana, cuando le preguntaron por esta nueva ceremonia previa al arranque de la carrera dominical. El de Ducati dijo "no estar al corriente" de este cambio, y fue la prensa la que le informó sobre la obligación de escuchar el himno de pie, formando una fila junto a sus compañeros.
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"Cada vez nos piden más cosas, algún día explotaremos", fue la queja que lanzó el #93, lamentando que "nosotros no decidimos este tipos de cosas" y, por lo tanto, están supeditados a las decisiones que pueda tomar el organizador del campeonato, incluso aquellas que jueguen en su contra.

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