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Jorge Martín ha salvado una complicada primera jornada en el Gran Premio de San Marino, asegurando su pase directo a la Q2 en el último suspiro gracias a una ayuda no planificada de su compañero en Aprilia, Marco Bezzecchi. Cuando el cronómetro se agotaba y Martín rodaba fuera del top 10, la estela del piloto italiano le sirvió de salvavidas para marcar el octavo mejor tiempo y evitar el purgatorio de la Q1.
El piloto madrileño, visiblemente aliviado, fue el primero en reconocer la importancia del gesto de su vecino de garaje, y le dio las gracias frente a la prensa. “Gracias a mi compañero porque el trabajo que ha hecho hoy ha sido soberbio”, declaró Martín nada más bajarse de la moto, aunque matizó: “Creo que de todas formas he hecho una gran vuelta, porque tienes que hacerla”.
La colaboración fue fruto del instinto del español en los minutos finales. Al ver el ritmo de Bezzecchi, no dudó en colocarse detrás de su RS-GP. “Vi que Bezzecchi era uno de los más fuertes. Así que me dije: '¿Por qué no? Iré con mi compañero'”, explicó Martín sobre su decisión. “Pensé que tal vez se cerraría o se iría largo, pero en lugar de eso estuvo tirando como un demonio y era difícil seguirle”.
Por su parte, Marco Bezzecchi confirmó que la acción no respondió a ninguna orden de equipo. “Para ser completamente sincero, no estaba planeado”, aseguró el italiano. Según su versión, todo fue fruto de la coincidencia a la hora de programar sus respectivas salidas a pista en los compases finales de la Práctica: “Cuando le vi salir conmigo, me dije: ‘Voy a hacer mi trabajo’, y él me siguió. No fue planeado, pero funcionó bien”.

Coger la rueda de Bezzecchi fue la solución de emergencia a una sesión marcada por problemas técnicos para el vigente campeón. Martín desveló que un fallo en el sistema de escape le impidió rendir a su nivel durante la mayor parte de la práctica. “Tuve algunos problemas con el tubo de escape, me costaba parar la moto”, detalló. “El tren trasero se bloqueaba y no podía frenar fuerte. Lo solucionaron justo para el ataque al crono”.
Esta dificultad para rodar con normalidad le impidió analizar bien su ritmo de carrera, aunque se muestra optimista. “Calculo que mi ritmo está en 1:31.6 o 1:31.7, a una décima de los más rápidos. No está mal”, analizó, apuntando a que el problema mecánico le costaba entre tres y cuatro décimas por vuelta solo en las frenadas.
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Más allá del resultado, la jornada sirvió para reforzar la sintonía en el garaje de Aprilia. Ambos pilotos compartieron impresiones sobre el asfalto para acelerar el desarrollo. “Ambos queremos estar en lo más alto. Lo importante es que estemos delante y hagamos la Aprilia más fuerte”, sentenció Martín.

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