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En el ultracompetitivo mundo del motociclismo, a veces, el talento y los resultados no son suficientes para abrir la puerta del paraíso de MotoGP. Y si no, que se lo digan a Aron Canet. El piloto valenciano, uno de los nombres más consistentes y rápidos de la parrilla de Moto2 durante los últimos años, se encuentra en una encrucijada vital para su carrera. Con la puerta de la categoría reina prácticamente cerrada, el piloto del Fantic Racing, a sus 25 años, está sopesando seriamente un cambio de aires que podría llevarle al Campeonato del Mundo de Superbikes.
Canet no es un piloto más. Desde su llegada al mundial, ha sido un protagonista constante. Fue tercero del mundo en Moto3 en 2017 y subcampeón en 2019. Desde su salto a Moto2 en 2020, ha acumulado podios y victorias (11 triunfos y 50 podios en total en el mundial), finalizando tercero, quinto y segundo en los campeonatos de los últimos años.
En la presente temporada, marcha segundo en la clasificación, a solo cinco puntos del líder, Manuel González. Un palmarés impresionante que, sin embargo, no le ha servido para recibir la llamada que todo piloto anhela.
"El objetivo de todo piloto es ir a MotoGP", admite Canet con una sinceridad aplastante durante la pasada ronda de Assen. "He conseguido muchos buenos resultados, pero nunca he recibido una oferta". Esta es la cruda realidad a la que se enfrentan muchos pilotos españoles en la actualidad.
El inmenso talento que brota de la cantera ibérica ha provocado una saturación en la parrilla, y Dorna, la promotora del campeonato, busca activamente internacionalizar sus parrillas para abrir nuevos mercados, dando prioridad a pilotos de otras nacionalidades.
Ante este panorama, Canet se debate entre dos caminos, dos filosofías de carrera muy diferentes. "Quizás ha llegado el momento de cambiar al Mundial de Superbikes o de correr dos o tres años más en Moto2 para conseguir el título", reflexiona en voz alta. Su ambición, desde luego, no ha mermado un ápice, a pesar de no haber logrado aún una corona mundial. "Tengo dos opiniones", explica. "O voy a las Superbikes, corro allí otros diez o doce años, lucho cada año por el título y me convierto en campeón del mundo, o me quedo otros tres o cuatro años en Moto2 y me convierto en el piloto con más títulos".
La opción de Superbikes no es un simple sondeo, sino una realidad tangible. "Es cierto que tengo ofertas de Superbike sobre la mesa", confirma Canet, desvelando que su futuro podría pasar por el paddock de las motos de serie. Con la parrilla de 2026 en plena ebullición, hay asientos muy codiciados disponibles en equipos de fábrica como BMW, Ducati, Honda o Yamaha. Y uno de ellos, el del equipo oficial Aruba.it Ducati, que no renovará a Álvaro Bautista, es sin duda el más atractivo en términos de rendimiento.
Sin embargo, la ecuación no es tan sencilla. El equipo oficial Ducati es el más deseado, pero no necesariamente el que ofrece las mejores condiciones económicas para un segundo piloto. En cambio, equipos como BMW u Honda podrían ofrecer un contrato más lucrativo, aunque con unas perspectivas de éxito, a priori, menores. Aquí es donde entra en juego la balanza entre el éxito deportivo y la recompensa económica, un dilema que el entorno de Canet conoce bien.
Mientras sopesa las ofertas del WorldSBK, Canet no oculta su apego por la categoría que le ha visto brillar. "Disfruto de la Moto2, respecto a los podios, soy el segundo mejor piloto en la historia de esta categoría", recuerda, un dato que pone de manifiesto su increíble consistencia. "Por eso es difícil para mí tomar una decisión. Soy segundo en el campeonato, casi en la cima, y es difícil decir adiós".
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La decisión final, como él mismo reconoce, no depende exclusivamente de sus deseos. "Veremos. No depende solo de lo que yo quiera". Aron Canet se encuentra en un momento definitorio. Con un talento descomunal y un hambre de títulos intacta, debe elegir entre seguir persiguiendo la gloria en un campeonato que domina pero que no le ofrece la salida soñada, o reinventarse en el exigente y competitivo mundo de las Superbikes, un paddock que le recibe con los brazos abiertos y con la promesa de nuevos desafíos. La respuesta, en las próximas semanas.
