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En el siempre agitado paddock de MotoGP, donde los rumores viajan casi tan rápido como las propias motos, la partida de ajedrez por el futuro de Jorge Martín ha vivido este fin de semana en Assen uno de sus capítulos más reveladores. Y ha sido Honda, el gigante japonés señalado como el destino predilecto del campeón, quien ha movido ficha. O, más bien, quien ha dejado claro que no tiene ninguna prisa por moverla. Alberto Puig, Team Manager del equipo Honda Castrol, ha roto el silencio para enviar un mensaje tan tranquilo como contundente: esperarán lo que haga falta.
La situación del vigente campeón del mundo con Aprilia se ha convertido en el gran culebrón de la temporada. Su declarada intención de abandonar la fábrica de Noale a finales de 2025, a pesar de tener un contrato en vigor, ha desencadenado una tormenta de especulaciones. El viernes, en la misma "Catedral" de Assen, su mánager, Albert Valera, confirmó que Honda es "una opción" real, avivando aún más las llamas de un posible fichaje.
Ante este escenario, la respuesta de Alberto Puig, pronunciada durante la mañana del domingo, ha sido una lección de estrategia y paciencia. Lejos de mostrar ansiedad por hacerse con los servicios de la pieza más codiciada del mercado, el máximo responsable de HRC ha dejado claro que el tiempo juega a su favor. "Bueno, no hay una fecha límite", afirmó Puig al micrófono de Motogp.com. "Tenemos que estar seguros de qué hacer. En este momento, no lo sabemos porque necesitamos entender cuál es la situación de los pilotos".
El mensaje de Honda es inequívoco: la pelota no está en su tejado. Puig sitúa el conflicto como un asunto estrictamente privado que deben resolver las dos partes implicadas, desmarcándose de cualquier tipo de interferencia. "Podemos esperar. Hablando con franqueza, es un asunto entre Aprilia y Jorge", sentenció. "Debe estar claro. Si él sale del contrato, entonces lo entenderemos. No tenemos una súper prisa. Veremos cuál es la resolución final allí".
El Team Manager de HRC ha querido subrayar una de las líneas rojas de la compañía, un principio que actúa como un recado directo tanto para el entorno del piloto como para sus rivales. "No firmamos contratos con pilotos que tienen un contrato en vigor", insistió, estableciendo un código de honor en medio de la refriega. "Creemos que la situación entre pilotos y equipos, o fabricantes, es algo estrictamente directo entre ellos".
Con esta declaración, Puig reconoce el interés en Martín, pero lo condiciona a su libertad contractual. "Por supuesto, cuando dijimos que Martín es una opción, es una opción, para nosotros y para todo el mundo, porque si está fuera de contrato puede elegir la marca que quiera".
Sin embargo, inmediatamente después, enfrió cualquier expectativa de un movimiento inminente: "Pero, por ahora, no hemos hecho ningún movimiento. Todavía no hemos verificado la situación pero, normalmente, hablamos con los pilotos, así que cuando llegue el momento, si llega, ya veremos. Pero, por ahora, no hay nada más que decir".
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Mientras el culebrón Martín-Aprilia parece abocado a una compleja negociación legal o a una costosa rescisión, en Honda observan desde la distancia, con la tranquilidad de quien sabe que tiene una de las sillas más deseadas de la parrilla. La postura de Puig es una demostración de fuerza tranquila, una forma de decir al mundo que, aunque el interés por el campeón es real, no entrarán en guerras de despachos. Su mensaje es claro: resuelvan sus problemas y, solo entonces, si Jorge Martín es un agente libre, HRC estará dispuesto a sentarse a hablar. La espera, en el box del ala dorada, no parece ser un problema.