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El Tourist Trophy de la Isla de Man es una fuente inagotable de historias de heroísmo, resistencia y una dureza que desafía la lógica. Cada año, sus 60 kilómetros de asfalto escriben nuevas leyendas, y la de la edición de 2025 tiene un nombre propio: Maurizio Bottalico. El piloto italiano ha protagonizado una de las gestas más increíbles que se recuerdan, al completar una vuelta en la carrera de Superstock después de impactar a altísima velocidad con su hombro contra un muro de piedra.
El increíble suceso tuvo lugar durante la tercera vuelta de la carrera de Superstock. En una de las zonas más rápidas del trazado, una curva a fondo en sexta que lleva a Crosby, Bottalico rozó un muro con su hombro. El impacto, cuya violencia ha quedado registrada en vídeo, fue brutal.
Sin embargo, y aquí es donde la historia entra en el terreno de lo legendario, el italiano no se cayó. En lugar de detenerse, continuó pilotando su BMW durante el resto de la vuelta, un agónico trayecto de más de 14 minutos hasta la línea de meta.
Fiel al espíritu de los pilotos del TT, fue el propio Bottalico quien, desde el hospital, relató lo ocurrido en sus redes sociales con una mezcla de resignación y un extraordinario sentido del humor. "¡¡¡Mi TT termina aquí por desgracia!!! En una curva a fondo en sexta que lleva a Crosby, he metido el hombro en el muro y me he hecho un pequeño cortecito", escribió, acompañando la frase con un emoticono sonriente.
En su mensaje, tranquilizaba a sus seguidores y detallaba los siguientes pasos: "Tranquilos, no me he caído ni he chocado, he apretado los dientes y he terminado la carrera, pero ahora estoy en el hospital porque me parece que van a hacer falta algunos puntitos". Ese "pequeño cortecito" al que se refería con ironía era, en realidad, una profunda herida en el hombro, una brecha que, como se puede apreciar en las imágenes que él mismo compartió, dejaba al descubierto la carne viva tras haber desgarrado por completo el cuero de su mono.
El hecho de que fuera capaz de mantener el control de una Superbike de más de 200 caballos y completar el resto del Mountain Course en esas condiciones es, sencillamente, una hazaña sobrehumana. Pilotar durante casi un cuarto de hora con una lesión de esa magnitud en un circuito que exige la máxima concentración y fuerza física es algo que escapa a toda lógica y que define a la perfección la pasta de la que están hechos los pilotos que se atreven a desafiar la Isla de Man.
Tras finalizar la carrera y recibir los aplausos y el reconocimiento en el paddock, Bottalico se dirigió al hospital para que le trataran la herida. Como él mismo había anticipado, el "pequeño cortecito" requirió sutura para ser cerrado. Desafortunadamente, esta muestra de coraje y resistencia puso punto y final de forma prematura a su participación en el TT de este año.
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Puedes ver el golpe contra el muro a continuación: