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José Antonio Rueda tuvo este miércoles un pequeño aperitivo del futuro. El líder actual del Mundial de Moto3 cambió, por un día, su habitual KTM por una Kalex de Moto2 durante una jornada de test en el Circuit de Barcelona-Catalunya. No se trató de una promoción oficial ni de un cambio inmediato de categoría, pero sí fue un premio en toda regla: 92 vueltas de aprendizaje, diversión y muchas sensaciones nuevas para el andaluz, que sigue acumulando galones dentro de la estructura Red Bull KTM Ajo.
El test privado, que reunió a pilotos y equipos de distintas categorías, sirvió para que Rueda completara su primer contacto con la máquina intermedia de Moto2. No fue una prueba cronometrada ni con presión de resultados, sino una jornada dedicada exclusivamente a acumular experiencia y disfrutar de la oportunidad. “Hoy me he divertido mucho”, confesó Rueda al final del día. “Solo puedo dar las gracias al equipo por la oportunidad y a todas las personas que lo han hecho posible”.
El contexto también tuvo su punto especial: el trazado de Montmeló fue el mismo donde el año pasado logró su primer podio mundialista. Aunque sin puntos en juego, volvió a dejar su huella, esta vez en una moto totalmente diferente, más potente y exigente. “La adaptación es difícil y tengo margen de mejora, pero en general ha sido un día muy bueno”, aseguró el español, consciente de que el salto a Moto2 implica un proceso de adaptación progresivo.
El objetivo del día estaba claro: rodar sin presión, recoger sensaciones y, sobre todo, acumular kilómetros. Rueda lo entendió a la perfección. “La meta era hacer el mayor número de vueltas posible y disfrutar sin presión, y sin duda lo hemos conseguido”, dijo. “Veremos si puedo volver a subirme a esta moto en el futuro”, añadió, dejando entreabierta la puerta a una posible subida de categoría más pronto que tarde.
La ausencia de Collin Veijer, que sigue recuperándose de su lesión pero estuvo presente en el box, facilitó que Rueda se pusiera el mono de piloto de Moto2. A su lado, compartiendo jornada de pruebas, estuvo Deniz Öncü, que viene de saborear su primera victoria en Moto2 durante el Gran Premio de Aragón. El turco completó 88 vueltas, confirmando su buen momento de forma y perfilándose como uno de los nombres a seguir en la segunda mitad del campeonato.
El día dejó claro que en el box de Aki Ajo hay talento para rato. Öncü consolidando su progresión en Moto2 y Rueda demostrando que su dominio en Moto3 no es casualidad. El español, con un colchón de más de 50 puntos sobre su perseguidor en la general, está marcando la pauta en la categoría pequeña esta temporada. Su rendimiento ha sido tan sólido que el equipo no ha dudado en premiarlo con esta experiencia anticipada en una categoría superior.
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Aunque todavía no hay anuncios oficiales sobre su futuro, lo de Rueda en Barcelona puede considerarse un primer paso simbólico hacia Moto2. Si mantiene el ritmo actual, no sería extraño verlo ascender en 2026. Por ahora, toca centrarse en lo que queda de Mundial, con la próxima parada fijada para el 20 de junio en Mugello, donde volverá a enfundarse el mono de Moto3… aunque ya sabe lo que se siente al llevar algo más grande entre las piernas.
