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Lo que ocurrió este fin de semana en MotorLand Aragón fue un auténtico festival de Ducati... con un director de orquesta esperado. Marc Márquez, a lomos de su Desmosedici, no solo ganó, sino que lo hizo dando la sensación de que iba sobrado, como si corriera con otra categoría. Desde la primera curva hasta la última, nadie le tosió. Y Gigi Dall’Igna, jefe máximo de Ducati Corse, lo dejó claro: lo que hizo Marc fue pura brillantez, aunque pareciera sencillo.
“Un éxito fácil que no debe restarle protagonismo a la excelencia mostrada”, declaró el técnico italiano, visiblemente impresionado por el despliegue del piloto catalán, que se impuso tanto en la carrera al sprint como en el Gran Premio del domingo. Márquez lideró todas las sesiones del fin de semana —entrenamientos, clasificación, sprint y carrera— y se permitió hasta marcar la vuelta rápida.
“Fue un fin de semana perfecto”, continuó Dall’Igna, “en el que con otro de sus habituales obras maestras, volvió a dejar clara su calidad, su calma desarmante y su capacidad de ganar sin esfuerzo aparente”. Y no es que los demás fueran paseando, es que Marc parecía haber metido una marcha más que el resto. Según el propio Gigi, “el domingo tenía claramente más guardado en el bolsillo, y la sensación es que aún podía haber apretado más si hubiera querido”.
En resumen, una paliza controlada, sin despeinarse. Pero no fue solo Márquez quien brilló. Ducati, como marca, arrasó: cinco motos entre las seis primeras, podio completo tanto en la sprint como en la carrera larga, y una tabla de constructores en la que los de Borgo Panigale duplican (y sobran) a Honda: 282 puntos frente a 119. Es un dominio casi obsceno.
Pero el rendimiento de Marc no eclipsó a los demás pilotos de rojo. Dall’Igna también tuvo palabras de elogio para Pecco Bagnaia, que completó el podio el domingo y, lo que es más importante, pareció volver a encontrarse con él mismo: “Me alegró mucho volver a ver al verdadero Bagnaia, con su reacción y su sonrisa”.
El italiano, tras unas carreras algo apagado, se mostró competitivo otra vez. “En la carrera dominical recuperó la confianza en sí mismo y en una moto que últimamente le había decepcionado”, explicó Gigi, destacando que ese tercer puesto tiene mucho más valor del que parece a simple vista.
Entre ellos se coló Álex Márquez, que firmó un segundo puesto muy sólido y confirma su crecimiento dentro de la familia Ducati. “Está demostrando una gran regularidad, un talento en rápida evolución y capacidad para gestionar bien los recursos”, subrayó el jefe técnico.
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Y no terminó ahí el repaso. También hubo espacio para valorar el cuerpo a cuerpo entre Franco Morbidelli y Fermín Aldeguer, dos perfiles opuestos que ofrecieron un duelo vibrante. “El mano a mano entre un joven debutante que ya se ha adaptado bien a MotoGP y un veterano que ha vuelto con fuerza fue muy emocionante”, dijo Dall’Igna.