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Aún convaleciente pero con la serenidad de quien ha superado un momento crítico, Luca Marini ha roto su silencio por primera vez desde el gravísimo accidente que sufrió el pasado 28 de mayo en el circuito de Suzuka. En una entrevista en directo con el canal Sky Sport, el piloto del equipo oficial Honda Castrol Team en MotoGP ha relatado con detalle la causa mecánica de la caída, ha calificado el impacto como "el peor de toda mi carrera" y ha confirmado que, tras una notable mejoría, ha recibido el visto bueno de los médicos para regresar a casa.
El piloto italiano, que ha permanecido hospitalizado en Japón durante más de una semana, explicó la secuencia de eventos que desembocó en el violento accidente mientras probaba la Honda CBR1000RR-R SP para las 8 Horas de Suzuka. "En la frenada de la curva 1 no me entró la 3ª, me quedé en un punto muerto entre la 3ª y la 4ª", detalló Marini. "No me dio tiempo a coger el embrague con la mano: la marcha entró de golpe, me bloqueó el neumático trasero y me lanzó muy fuerte contra las protecciones".
Este fallo mecánico en plena frenada a alta velocidad explica la violencia del impacto que le causó múltiples lesiones, incluyendo una luxación de cadera, varias fracturas y un neumotórax. "Fue un golpe gordo, el peor de toda mi carrera", confesó el de Urbino, subrayando la dureza del trance que ha vivido. A pesar de ello, su recuperación avanza a buen ritmo.
"He hecho unos controles y me han dado el ok para volver a casa. Es todavía duro, me duelen diversas cosas", admitió, aunque con optimismo. "He mejorado muchísimo en esta semana". El siguiente paso será someterse a más pruebas en su país natal: "Tengo que hacer más pruebas en Italia para entender cuándo puedo volver".
Durante su convalecencia en Japón, Marini ha contado con el apoyo incondicional de su familia. "He estado aquí con mi mujer y mi hija, me han ayudado a estar más tranquilo y llevar todo esto del mejor modo posible", explicó, destacando el pilar fundamental que han supuesto para él en estos momentos tan difíciles. A pesar de la distancia y de su estado, no ha perdido el contacto con su equipo de MotoGP: "También he estado todo el rato en contacto con mi equipo y con mi jefe técnico, para saber cómo les van las cosas durante el fin de semana".
El piloto de Honda también aprovechó la ocasión para señalar las carencias de seguridad del trazado nipón, una opinión compartida por otros pilotos. "Suzuka no tiene escapatorias adecuadas para las motos modernas", afirmó con rotundidad. "Las superbikes actuales son rapidísimas y los neumáticos muy buenos, te permiten ir al límite. Es algo que ya se sabe". Un aviso sobre los riesgos de un circuito legendario pero que, en algunos puntos, no se ha adaptado al ritmo vertiginoso de las motocicletas actuales.
Antes del accidente, se había comentado en el paddock sobre las dificultades de Marini para adaptarse a la ergonomía de la Fireblade de resistencia. El propio piloto lo aclaró, desvinculándolo del accidente. "Conozco bien la CBR 1000 RR, es una moto con la que entreno a menudo", comenzó.
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"El problema es que es una carrera de resistencia y tienes que compartir la moto con dos pilotos más, y al final tienes que buscar un compromiso. Para mí habría sido difícil hacer la carrera porque Takumi (Takahashi), que es un piloto fantástico, es muy bajito, y me costaba mucho adaptarme a la moto". Pese a todo, la experiencia tuvo su lado positivo: "Pero ha sido una experiencia muy bonita al margen de lo ocurrido".
