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Gino Borsoi, director del equipo Prima Pramac Yamaha, cambió por un día el rugido de los motores sobre el asfalto por el estruendo supersónico de un T-38 Talon, en una experiencia que difícilmente olvidará. Invitado por el 89º Escuadrón de Entrenamiento de Vuelo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el ex piloto se subió a uno de los jets que normalmente surcan el cielo texano antes de que arranque el GP de las Américas.
La aventura tuvo lugar en la base aérea de Wichita Falls, Texas, hogar del programa ENJJPT (Entrenamiento Conjunto de Pilotos de Caza de la OTAN), donde se forman los futuros pilotos de combate de 14 países aliados. Allí, el equipo al completo vivió durante dos días una inmersión total en el mundo de la aviación militar, de la mano del Teniente Coronel Aristide Carotenuto y el comandante italiano Andrea Cerri, representante de la Fuerza Aérea de Italia en el programa.
Pero el plato fuerte fue, sin duda, el vuelo en el T-38, un jet supersónico capaz de alcanzar los 1.300 km/h, idéntico a los que protagonizan la tradicional pasada aérea antes del semáforo en Austin. Borsoi, que ya ha vivido emociones fuertes en su carrera sobre dos ruedas, reconoció que esta experiencia lo dejó literalmente sin aliento.
“Estoy enormemente agradecido por esta increíble oportunidad que me brindó el 89º Escuadrón como parte del programa ENJJPT. Volar en el T-38 Talon ha sido la experiencia más alucinante de mi vida. Físicamente es muy exigente, y para alguien como yo, que nunca se había enfrentado a un reto así, los primeros minutos fueron más de aguante que de disfrute. Pero una vez que te adaptas, las sensaciones son únicas”, explicó aún con la adrenalina en vena.
Borsoi destacó que lo que más le impactó no fue la aceleración, sino las maniobras a altas fuerzas G: “En esos momentos, tienes que concentrarte en tu respiración, activar el abdomen y empujar con las piernas. Es durísimo y fascinante a la vez”.
Y aunque el salto entre un jet militar y una MotoGP pueda parecer abismal, el italiano encuentra paralelismos claros: “A pesar de sus diferencias, la aviación y el motociclismo comparten terreno común: tecnología de vanguardia, disciplina y entrenamiento riguroso. Ahora tengo claro que en mi próxima vida quiero ser piloto, pero de combate”.
Tras esta experiencia aérea, toca volver a poner los pies en la tierra... o en el pit lane. El equipo Prima Pramac Yamaha ya está centrado en la tercera cita del calendario en el Circuit of the Americas, uno de los trazados más técnicos y exigentes del campeonato, con sus 5.531 metros de longitud, 20 curvas de todo tipo y una necesidad constante de potencia, tracción y agilidad en los cambios de dirección.
En cuanto a la alineación del equipo para este fin de semana, hay bajas sensibles. “Lamentablemente, no contaremos con Miguel (Oliveira), que se está recuperando en casa tras su caída en Termas de Río Hondo. Todos esperamos verle de vuelta lo antes posible”, comentó Borsoi.
Para Augusto Fernández, sustituto del portugués, el reto será importante: “No será un fin de semana fácil —COTA es un trazado exigente y todavía tiene poca experiencia sobre la YZR-M1—. Sin embargo, como equipo haremos todo lo posible para que se adapte rápido y sea competitivo”.
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Y sobre Jack Miller, el director confía en que su experiencia sea clave: “Austin ha sido a menudo un circuito fuerte para él, y su bagaje será valioso para ayudar a los ingenieros de Iwata a seguir desarrollando y haciendo progresar la Yamaha”.