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El arranque de la temporada de Superbikes no ha podido empezar de peor forma para Jonathan Rea. El piloto norirlandés sufrió una dura caída en la curva 2 durante el FP1 del Test Oficial del Mundial en Phillip Island, un accidente que no solo detuvo la sesión con bandera roja, sino que además terminó con múltiples fracturas en su pie izquierdo.
Tras ser trasladado al centro médico, los doctores determinaron que no estaba en condiciones de continuar ni en los test ni en el round del fin de semana. Un golpe durísimo para el seis veces campeón del mundo, que había mostrado progresos con su nueva Yamaha R1 durante la pretemporada.
Rea estaba rodando en el top 10 cuando sufrió la caída. Antes del impacto, su mejor tiempo había sido de 1’30.885 y había completado 20 vueltas. Sin embargo, en una de sus primeras vueltas lanzadas con neumáticos nuevos, el control de tracción no logró salvarlo de una aparatosa salida por orejas.
"Todo iba muy bien, sin problemas, buen plan. Empecé rápido, entre los cuatro o cinco primeros", explicó Rea, visiblemente afectado. "Estaba a punto de poner mi primer juego de neumáticos nuevos para los últimos 20 minutos y, en mi primera vuelta lanzada, perdí el tren trasero. Entonces volvió el agarre y el control de tracción me hizo volar por orejas".
El desenlace fue cruel para el piloto de Yamaha: "Aterricé sobre la moto, me volvió a escupir, caí bien, pero la moto empezó a dar vueltas de campana y aterrizó justo encima de mi pie. Me hizo bastante daño".
Ahora, el principal objetivo es su recuperación, aunque la inflamación impide una intervención quirúrgica inmediata. "No pueden operarme porque hay mucha inflamación", explicó el piloto. "Estoy recibiendo varias opiniones de diferentes especialistas, preguntando si hay que operar o no y cuál sería el calendario".
Desde el equipo Pata Maxus Yamaha, su jefe, Paul Denning, reconoció que la situación es un golpe para todos: "No ha sido un día fácil para Jonathan. Ha sido una decepción para él, para su equipo y para todo el proyecto Yamaha WorldSBK".
El británico aseguró que la evolución de Rea en invierno había sido positiva y que el equipo confiaba en su competitividad para este arranque de temporada. "Hemos dado un gran paso con Jonathan, su confianza y comodidad sobre la R1 han crecido mucho, su capacidad para ser consistente, suave y sacar lo mejor de la moto", explicó Denning. "Todo parecía normal hoy, pero en Phillip Island estas cosas pueden pasar. Es un circuito con mucho agarre, pero cuando lo pierdes… ya vimos muchas caídas violentas".
El diagnóstico definitivo lo tendrá un especialista en Australia este miércoles, aunque el plan es que Rea regrese al Reino Unido lo antes posible para evaluar su recuperación y, en caso necesario, pasar por el quirófano.
Con el siguiente round en Portimao programado para dentro de un mes y medio (29 y 30 de marzo), la gran pregunta es si Rea podrá llegar a tiempo. Denning no quiso hacer previsiones: "Es difícil decirlo ahora mismo. Antes de volver a casa verá a un especialista aquí para obtener un informe completo. Después de planificar la cirugía, ya veremos, pero Portimao no está tan lejos y creo que será un gran reto".
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Por su parte, Rea no quiere marcarse un objetivo concreto: "No hace falta ser cirujano para ver los daños en el TAC", comentó con resignación. "Tendré que hacer un poco de cámara hiperbárica y recuperación, pero estoy destrozado".
