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La pretemporada de MotoGP siempre deja momentos curiosos, pero a veces, entre risas, se esconden mensajes más profundos. Fabio Quartararo protagonizó una escena cómica en los test de Buriram, colándose en el muro de Ducati y mostrándole a Marc Márquez una señal para que volviera a boxes. Una broma con su propia explicación y una realidad algo asfixiante para Quartararo y Yamaha, mientras tanto.
Quartararo protagonizó la escena cómica de los test, colándose en el muro de Ducati y mostrándole a Marc Márquez el cartel para que volviera a boxes. En un momento casi teatral, el francés, aún vestido con el mono del Team Monster Energy Yamaha, levantó un cartel rojo con la palabra "BOX" mientras Márquez pasaba a toda velocidad. "Era la única manera de ir más rápido que él", bromeó Quartararo después del test. Márquez, evidentemente, no cayó en la trampa y siguió con su trabajo, pero el gesto del francés dejó claro el ambiente en Yamaha: se necesita más que humor para volver a la cima.
It looks like Fabio is the latest addition to @marcmarquez93's team 👀😂#BuriramTest pic.twitter.com/EdSCDPKMRa
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) February 13, 2025
Después de un test esperanzador en Sepang, Buriram devolvió a Yamaha a una situación más complicada. Quartararo lo dejó claro tras las pruebas: "Aún faltan décimas: partimos sin objetivos". En el segundo día de test, terminó en la octava posición, a 0,731 segundos de Márquez, y aunque intentó ver el lado positivo, admitió que aún hay aspectos preocupantes: "Hemos hecho una simulación de sprint y hemos probado los neumáticos. Ha sido un día positivo, pero las sensaciones con el neumático delantero aún no son buenas", remató el galo.
El francés había mostrado un rendimiento mucho más sólido en Sepang, donde quedó a solo unas décimas de Alex Márquez. Pero en Tailandia, la historia fue distinta. "Las condiciones eran diferentes. La verdad es que todavía estoy a tres décimas porque no tengo las sensaciones que me gustaría con el tren delantero. Parto sin objetivos ni expectativas, pero no soy pesimista, ¡al contrario!". Sus palabras reflejan una mezcla de resignación y optimismo, pero también dejan claro que Yamaha sigue en busca de respuestas.
Su compañero Álex Rins vivió un test similar. En Sepang había mostrado una gran mejora, pero en Buriram quedó relegado a la 17ª posición con un mejor tiempo de 1:30.062. A pesar del resultado, el español se mostró satisfecho con su evolución: "Hemos hecho un gran trabajo. Mi pilotaje es más fluido y consistente que el año pasado". Sin embargo, mientras Quartararo señala los problemas con el tren delantero, Rins apunta a otro punto débil: "Nos falta agarre en la parte trasera".
El dilema de Yamaha sigue siendo el mismo: han ganado velocidad punta, pero no han resuelto sus problemas de tracción ni su falta de competitividad en curvas: "No hemos mejorado el agarre, pero sí hemos ganado en velocidad punta. Pero está claro que todavía nos falta algo", reconoció Quartararo. Aunque el equipo está en una senda de mejora, el francés no se hace ilusiones: "Estamos en el buen camino, pero hay que seguir trabajando duro. Los tests son una cosa, las carreras son otra".
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Con dos pilotos en el top diez y otros dos más rezagados, Yamaha sigue en una situación incierta. Los test han dejado claro que aún queda trabajo por hacer y que, para batir a Ducati, de momento solo queda esperar que los de Borgo Panigale pasen más tiempo en boxes que en la pista.