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Kyle Camp, un ladrón reincidente especializado en el robo de vehículos, ha sido condenado a 14 años y 4 meses de prisión tras admitir su participación en una larga lista de delitos, incluyendo tres allanamientos, seis robos, seis hurtos y dos delitos de receptación. Su historial delictivo incluye la sustracción de múltiples motocicletas y automóviles, en algunos casos mediante amenazas y violencia.
La sentencia fue dictada el 24 de enero como resultado de una extensa operación llevada a cabo por la Policía de Greater Manchester (Reino Unido), que ha conseguido desmantelar una banda criminal que operaba en Manchester y Cheshire. Camp se convierte así en el noveno miembro del grupo en ser sentenciado.
Uno de los elementos clave que llevó a la condena de Camp fue el contenido de su teléfono móvil. Durante la investigación, los agentes descubrieron que no solo robaba vehículos, sino que también tenía la imprudencia de fotografiarse con ellos. En una de las imágenes encontradas, tomada la madrugada del 12 de julio de 2022, Camp aparece posando junto a una Yamaha MT-07 sustraída, con un pasamontañas cubriéndole el rostro.
Ese mismo día, las víctimas del robo, residentes en Green Street, Middleton (Manchester), despertaron para descubrir que su garaje había sido forzado y que dos de sus motocicletas habían desaparecido. La imagen hallada en el teléfono de Camp fue tomada apenas unas horas después del robo, lo que fue una prueba contundente en su contra.
Aunque gran parte de los delitos de Camp estaban relacionados con el robo de coches, en muchas ocasiones actuaba junto a su grupo criminal amenazando a los propietarios con violencia para que entregaran las llaves. Según explicó el detective Chris Chinnery, de la Unidad de Crimen Organizado de la GMP, los delitos de Camp tuvieron graves consecuencias tanto económicas como emocionales para sus víctimas.
"Los crímenes de Kyle Camp no solo tuvieron un impacto financiero significativo en nuestras víctimas, sino que lo más preocupante fue el daño emocional. Algunas de ellas fueron asaltadas violentamente o amenazadas con armas", declaró Chinnery. "Un hombre se sintió tan inseguro que no tuvo más remedio que mudarse a otra parte del país".
Además, el detective detalló el arduo trabajo que requirió la investigación: "Este caso incluyó horas de meticulosa revisión de pruebas en teléfonos móviles, rastreo de mensajes entre múltiples personas a través de distintos dispositivos y redes sociales, mientras Camp se jactaba de sus robos, sin mostrar el menor respeto por las víctimas".
La detención de Camp forma parte de una ofensiva mayor contra la delincuencia organizada en Manchester y Cheshire. La policía ha conseguido desarticular un grupo que durante meses llevó a cabo una ola de robos, allanamientos y asaltos con violencia, sembrando el pánico entre los propietarios de vehículos.
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Con la sentencia de Camp, el número de miembros condenados asciende a nueve, lo que supone un golpe importante contra la actividad delictiva de la banda. La investigación sigue en marcha y no se descartan más detenciones en los próximos meses. Mientras tanto, Camp cumplirá su condena tras las rejas, donde difícilmente podrá seguir posando con motocicletas robadas.
