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KTM enfrenta la crisis financieras más seria de su historia, lo que ha llevado a sus acreedores a proponer la retirada de MotoGP, Moto2 y Moto3 como parte de un plan de reestructuración para reducir costos. Durante la primera reunión de insolvencia celebrada en el tribunal de Ried im Innkreis, Austria, los administradores del proceso evaluaron distintas medidas para sanear las cuentas de la empresa, pero también se abrió una ventana de esperanza con un posible rescate financiero de hasta 700 millones de euros procedente de inversores interesados.
La crisis financiera de KTM tiene varias raíces. En los últimos años, la empresa realizó grandes inversiones para expandir su capacidad productiva y reforzar su presencia global. Sin embargo, estas inversiones se financiaron mayoritariamente con deuda, incrementando significativamente los pasivos de la compañía. A esto se sumó un aumento generalizado de los costos de producción, energía y salarios, especialmente en Austria, que afectó su competitividad frente a rivales de otras regiones.
Además, en 2023, KTM no ajustó su ritmo de fabricación a la caída de la demanda tras el auge de ventas registrado durante la pandemia de COVID-19. Esto generó un exceso de inventario que tensó aún más la liquidez de la empresa, acumulando más de 100.000 motocicletas sin vender, además de 30.000 bicicletas eléctricas. Actualmente, KTM AG, la matriz del grupo, enfrenta dificultades financieras que también afectan a más de 60 subsidiarias, incluyendo KTM Components GmbH y KTM Forschungs & Entwicklungs GmbH.
Pese a este panorama, el tribunal de insolvencia decidió que la empresa siga operando bajo un régimen de auto-administración, lo que permite a KTM gestionar sus operaciones mientras se busca una solución más amplia para su reestructuración.
Ante la magnitud de la crisis, KTM ha puesto en marcha un plan de reestructuración que busca garantizar su continuidad a largo plazo. Entre las medidas ya implementadas se encuentra la reducción de personal, con menos despidos de los inicialmente previstos, pasando de los 500 anunciados a una cifra inferior a 300. También se ha comenzado a vender activos no esenciales, como su división inmobiliaria, y se han suspendido pagos a algunas subsidiarias consideradas no vitales para la operación principal del grupo.
La participación de KTM en el Mundial de Motociclismo, que abarca MotoGP, Moto2 y Moto3, supone un gasto importante en términos de desarrollo y logística. Solo en la categoría reina, la firma naranja se deja más de 100 millones de euros por temporada. Aunque la marca ha obtenido resultados destacados desde su entrada a la categoría reina en 2017, los costos asociados a competir en las tres categorías son difíciles de sostener en la situación actual según el punto de vista de sus acreedores.
“Para reducir costes, está prevista la salida de MotoGP Moto3/Moto2” señala el informe presentado por la agencia AKV, donde se han agrupado casi todos los acreedores de la firma austriaca, sin especificar un plazo concreto para este adiós. La salida de KTM de estas competiciones permitiría liberar recursos para centrarse en otras áreas estratégicas, como el desarrollo de motocicletas comerciales y el ajuste de sus líneas de producción señalan desde AKV,
De confirmarse esta decisión, sería un duro golpe tanto para KTM como para el campeonato, que perdería a uno de sus fabricantes más competitivos y una pieza clave en el desarrollo de jóvenes talentos a través de sus equipos en Moto2 y Moto3.
A pesar de las medidas de ahorro propuestas, el futuro de KTM podría dar un giro positivo gracias al interés de tres grandes inversores que han manifestado su disposición a aportar un total de 700 millones de euros para la reestructuración del grupo. Este capital sería gestionado a través de Pierer Mobility, la matriz de KTM, y se destinaría a cubrir el plan de saneamiento financiero de la compañía.
Karl-Heinz Götze, experto en insolvencias de KSV, confirmó al diario austriaco ORF que se han presentado cartas de intención por parte de estos inversores, lo que indica que KTM tiene posibilidades reales de asegurar la liquidez necesaria para salir de la crisis. Además, tras el anuncio de la continuidad de KTM AG bajo el régimen de auto-administración, las acciones de Pierer Mobility experimentaron un incremento del 25%, alcanzando los 13,75 euros.
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Estos movimientos financieros han generado optimismo dentro del proceso de reestructuración, pero el camino aún es largo. El plan de saneamiento contempla pagar el 30% de las deudas a los acreedores, un objetivo que dependerá en gran medida de la concreción de este rescate financiero y de ajustes adicionales en las operaciones de KTM.