.jpg) Javier Ortega@todocircuitoweb |
Todos los que hemos hecho nuestras pinitos en circuito sabemos que un trackday es una mezcla de adrenalina, velocidad y un puntito de riesgo. Pero lo que ocurrió recientemente en el Killarney Motor Racing Complex, cerca de Ciudad del Cabo, podría entrar en la categoría de “cuidado con lo que deseas”. Una motorista sudafricana, llena de ilusión y con su Triumph Daytona 675 recién ajustada, terminó protagonizando un incidente que podría haber salido mucho peor de lo que finalmente fue.
El vídeo que documenta todo esto empieza de forma optimista: la protagonista, enfundada en su mono de cuero, se sube a su Daytona 675 con una sonrisa que dice “hoy me como el asfalto”. Tras el corto trayecto al circuito, la vemos entrando en ambiente en lo que parecía una jornada tranquila de tandas libres. Todo el mundo disfrutando, buen rollo, motos relucientes… ya sabes, el paraíso del motero.
La cosa iba sobre ruedas, literalmente, hasta la segunda tanda. Y aquí es donde la adrenalina se mezcla con el susto. La motorista estaba completando sus vueltas con normalidad cuando, al salir de la última curva rápida de izquierdas (la que te da acceso a la recta principal), llegó el momento crítico: el manillar comenzó a temblar de un lado a otro en lo que los entendidos llamamos un shimmie o wobble.
El temblor, que es básicamente la moto intentando ser un potro salvaje, se fue haciendo más intenso, y aunque ella trató de mantener el control, la física decidió que hoy no era su día. Resultado: acabó abriendo la trazada, perdiendo el control, y yéndose directa contra el muro de boxes.
El impacto fue tan violento que la motorista salió despedida, quedando aturdida sobre el asfalto mientras su Triumph seguía dando tumbos sin piloto hasta terminar fuera de la pista.
.jpg)
Lo que podría haber sido un auténtico drama, terminó casi como una anécdota (aunque una que seguro que no olvidará pronto). Contra todo pronóstico, la motorista salió prácticamente ilesa. Solo sufrió una leve conmoción y un buen susto, lo cual, visto lo visto, es un auténtico milagro. Ella misma lo dejó claro en sus declaraciones posteriores:
“Definitivamente quedé inconsciente. Solo volví en mí después del arrastrón. La moto no está bien, pero yo sí, y eso es lo que importa”. Respecto a las posibles causas del accidente, comentó: “Había ajustado la suspensión delantera y trasera antes del día. Hay muchos factores que contribuyeron al accidente. Estas son cosas que aprendemos con el tiempo. Por suerte, salí de esta experiencia sin demasiado coste físico”.
Su moto, por otro lado, no tuvo tanta suerte. El carenado derecho, la tapa del motor, el frontal y el semimanillar quedaron para el desguace. Pero, para una caída tan aparatosa, podríamos decir que salió relativamente bien parada.
Leer también: Parece una moto de juguete en su caja, pero es una Yamaha R1 1998 de verdad
Si tienes estómago para verlo, aquí te dejamos el vídeo completo del accidente, a partir del minuto 11:20:
