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El Circuito de Velocidad de Cartagena ha vuelto a abrir sus puertas tras varios meses de cierre decretado por el Ayuntamiento de la ciudad debido a incumplimientos en las normativas de seguridad y ruido. Sin embargo, la reapertura no es completa ni exenta de condiciones: el Ayuntamiento ha impuesto una serie de medidas estrictas para asegurar que las actividades en el recinto no vuelvan a afectar negativamente a los vecinos ni a incumplir las normativas vigentes.
La suspensión de actividades, dictada inicialmente en agosto de 2024 y confirmada en octubre, respondía a problemas recurrentes como niveles de ruido por encima de los límites legales, deficiencias en la seguridad estructural y la falta de un plan técnico adecuado. La decisión del Ayuntamiento fue respaldada por múltiples informes técnicos que señalaban incumplimientos reiterados, así como por las quejas de vecinos de áreas colindantes, como el Polígono de Santa Ana y Pozo de los Palos, quienes llevaban años denunciando molestias acústicas.
La autorización provisional para la reapertura del Circuito de Cartagena está sujeta al cumplimiento de estrictas condiciones impuestas por el Ayuntamiento. Las actividades con vehículos de motor solo podrán realizarse en horarios limitados, concretamente entre las 9:00 y las 14:00 horas, y de 16:00 a 18:00 horas, aunque se ha establecido una excepción para vehículos eléctricos o de baja cilindrada, que podrán utilizar la pista fuera de estas franjas.
Asimismo, se ha fijado un límite máximo de emisión acústica de 102 dBA, lo que obliga al circuito a instalar sonómetros capaces de transmitir datos en tiempo real al Ayuntamiento para garantizar el cumplimiento de este parámetro. También se ha restringido el aforo de la pista a un máximo de 25 vehículos simultáneos, salvo en competiciones oficiales organizadas por federaciones, que estarán regidas por normativas específicas.
Además, el circuito deberá realizar reparaciones inmediatas en su vallado perimetral y adoptar medidas adicionales para garantizar la seguridad estructural de las instalaciones. Todas estas condiciones estarán bajo constante supervisión municipal, incluyendo mediciones acústicas realizadas directamente en viviendas cercanas, y cualquier anomalía deberá notificarse de forma inmediata a las autoridades competentes.
La reapertura se produce tras años de conflictos legales y administrativos. Desde 2021, el circuito ha enfrentado cierres temporales debido a las quejas vecinales y a informes técnicos que evidenciaron que las emisiones acústicas superaban los límites permitidos incluso tras la implementación de medidas correctoras.
En verde las dos zonas residenciales que se quejan del ruido del circuito
En agosto de este año, el Ayuntamiento decretó un cierre cautelar debido a la falta de avances significativos en la corrección de estas irregularidades. La medida fue ratificada en octubre tras comprobar que las deficiencias persistían. Durante el cierre, los gestores del circuito optaron por suspender voluntariamente las actividades mientras trabajaban en cumplir con los requisitos exigidos.
El cierre temporal del Circuito de Cartagena ha tenido un impacto significativo en la economía local y el sector del motor. La suspensión de actividades afectó a competiciones nacionales e internacionales, así como a negocios relacionados, desde hoteles hasta proveedores de servicios especializados.
Noelia Arroyo, alcaldesa de Cartagena, ha señalado en varias ocasiones la importancia del circuito como motor económico y deportivo para la región. Sin embargo, también ha defendido la necesidad de garantizar que su funcionamiento sea compatible con el bienestar de los vecinos y el cumplimiento de la legalidad.
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Con la reapertura, el Circuito de Cartagena busca retomar su actividad de manera gradual y bajo estricta supervisión municipal. No obstante, la autorización actual es provisional y estará sujeta a constantes revisiones. Tanto las autoridades como los gestores del circuito han manifestado su disposición para colaborar en la búsqueda de soluciones definitivas que permitan a esta emblemática instalación mantenerse operativa sin generar conflictos.