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Cuando pensamos en motos italianas, suelen venir a la mente nombres como Ducati o MV Agusta, pero si de verdad quieres ser el centro de todas las miradas, Vyrus tiene algo que decirte. Y no, no es cualquier cosa. La boutique de Rimini, fundada por Ascanio Rodorigo en 2003, cuenta en su limitado catálogo con la Alyen 988, una moto que parece más un experimento futurista salido de una película de ciencia ficción que un vehículo de dos ruedas convencional.
En el corazón de la Alyen late un motor Ducati 1299 Superquadro capaz de generar unos imponentes 202 cv. Este motor no es cualquier cosa, ya que fue fabricado especialmente por Ducati en una tirada limitada de 20 unidades, exclusivamente para esta creación. Además, cumple con la normativa Euro 5, algo que no era nada sencillo cuando se diseñó el proyecto hace nueve años.
La magia no termina en el motor. Está montado en un chasis Omega de magnesio, una obra de ingeniería que redefine el concepto de ligereza y resistencia. ¿Magnesio? Sí, ese material que antes temías por su fragilidad frente a los rayos UV o la humedad, pero que ahora, gracias a la tecnología, está garantizado "de por vida".
La Alyen comenzó como un boceto de Adrian Morton, el genio detrás de algunos de los modelos más icónicos de MV Agusta. Sin embargo, el diseño final es el resultado de un trabajo colaborativo entre Morton, Ascanio Rodorigo y el diseñador japonés Yutaka Igarashi. ¿El resultado? Nada menos que 57 versiones distintas antes de llegar al modelo definitivo.
El elemento más llamativo es, sin duda, su frontal, donde el sistema de dirección por cables hidráulicos HWSS (Hydraulic Wired Steering System) roba todo el protagonismo. ¿Cómo funciona? Básicamente, dos cables de acero conectan los extremos del manillar con los lados de la rueda, todo dentro de un sistema que emplea un fluido especial con nanopartículas. Sí, suena complicado, pero según Vyrus, ofrece una experiencia de conducción que mezcla comodidad, seguridad y precisión.
Si hay algo que Vyrus no escatimó fue en materiales de lujo. Además del chasis, tanto el basculante delantero como el trasero, los estribos, la palanca de cambios y las suspensiones están fabricados en magnesio. Y por si eso no fuera suficiente, la carrocería es un caparazón de fibra de carbono que parece salido de un taller de artesanía más que de una fábrica.
El acabado exterior, con una textura que recuerda a la madera pulida, no es solo cuestión de estética: las capas de fibra están orientadas para maximizar la resistencia donde más se necesita. Todo se cocina en un autoclave a 120 ºC, porque aquí no hay lugar para medias tintas.
Las llantas, creadas en colaboración con ROTOBOX, son una obra maestra de materiales compuestos, mientras que los frenos Brembo pueden incluir discos de carbono-cerámico para los que quieran el paquete completo. Todo ello envuelto en neumáticos Pirelli Diablo Supercorsa SP V3.
Aquí viene lo interesante: puedes tener una Alyen. Bueno, si tu cartera lo permite, claro. Actualmente, una unidad con cero kilómetros está disponible para puja en la web de Iconic Motorbike Auctions. Con un precio actual de 20.100 dólares (unos 18.800 euros, dependiendo del cambio), esta Alyen, número de chasis ZA998800RNNH50001, puede ser tuya.
Eso sí, no olvides que esta moto es totalmente personalizada. Cada Alyen se fabrica según los deseos del cliente, así que no hay dos iguales. Y aunque esta nunca ha sido registrada ni pilotada, ha servido como modelo de exhibición en diversos eventos, lo que la convierte en una pieza única.
La subasta finaliza el 14 de diciembre, así que si quieres ser el dueño de una de las motos más exclusivas del planeta, aún estás a tiempo. Ah, y la buena noticia: el vendedor puede enviarla a cualquier rincón del mundo.
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