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Jack Miller ha finalizado su etapa en KTM con un sabor agridulce tras dos temporadas en las que el australiano no logró cumplir sus expectativas en la categoría reina. En 2024, la falta de evolución técnica de la RC16 y los problemas para adaptarse al nuevo neumático trasero de Michelin marcaron un año decepcionante, con un rendimiento que quedó lejos del que había mostrado en su primera campaña con la marca austríaca.
Miller, que cerró el campeonato en la 14ª posición con solo 87 puntos, estuvo a gran distancia de su compañero de equipo, Brad Binder, quien finalizó quinto en la clasificación general con 217 puntos. Con un mejor resultado de quinto puesto en dos ocasiones, el piloto australiano no ocultó su frustración, señalando que los problemas de desarrollo del chasis y la falta de respuestas ante las exigencias de la temporada fueron factores determinantes en su bajo rendimiento.
Al reflexionar sobre la temporada, Miller aseguró que no se sintió cómodo con la moto en ningún momento del año, algo que, según él, se debió en gran parte a la decisión de KTM de seguir utilizando el mismo chasis desde Misano 2023. También destacó que, aunque tuvo momentos competitivos en 2023, como liderar la última carrera del año en Valencia o los podios logrados en España y Sachsenring, 2024 fue una constante lucha sin avances significativos.
“Este año ha sido una lucha. No lo voy a ocultar. Creo que Valencia el año pasado, liderando esa última carrera, fue un buen momento. Este año, con el nuevo neumático, hemos tenido problemas para adaptarnos. Y, obviamente, usar el mismo chasis desde Misano 2023 no ayuda”, expresó el australiano, dejando clara su crítica al estancamiento técnico del equipo.
Uno de los principales retos para KTM en 2024 fue la adaptación al neumático trasero introducido por Michelin. Esta nueva construcción, diseñada para mejorar el rendimiento general de las motos en la parrilla, generó problemas de vibración y pérdida de agarre en la RC16, afectando particularmente a Miller. Mientras Binder logró mitigarlos en mayor medida, el australiano nunca encontró el equilibrio necesario para ser rápido sin caerse.
Miller explicó que su mejor resultado en la temporada, un quinto puesto bajo la lluvia en Buriram, fue un reflejo de las condiciones excepcionales que permitieron ocultar algunas de las deficiencias de la moto. “Mostramos valor en Tailandia, peleando por el podio en condiciones complicadas. Creo que eso describe estos últimos dos años. Nunca me rendí, ni siquiera cuando las cosas iban mal cada dos semanas”, comentó.
El australiano expresó su decepción por no haber cumplido con los objetivos que se había fijado al llegar a KTM. “Soy un piloto y quiero ser competitivo. Desafortunadamente, no cumplí con mis expectativas en estos dos años, lo que me decepciona mucho”, confesó, dejando entrever la frustración de no haber podido aprovechar el potencial que había mostrado en 2023.
El de Townsville valoró su ética de trabajo como uno de los aspectos positivos de su paso por KTM, asegurando que nunca dejó de esforzarse, incluso en los momentos más complicados. “Me fui a dormir cada fin de semana sabiendo que había dado lo mejor de mí, aunque no hubiera nada que ganar. Al final del día, eso es lo que soy: un piloto que quiere competir”, reflexionó al cierre de la temporada.
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De cara a 2025, Miller volverá al equipo Pramac Racing, donde buscará recuperar su nivel competitivo, esta vez sobre la nueva Yamaha que será utilizada por la estructura italiana. Este cambio representa un reto importante para el australiano, quien deberá adaptarse a una moto completamente distinta mientras trabaja para devolver a Yamaha a los puestos de cabeza tras varios años difíciles.