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A pesar de haber amanecido indispuesto, Marc Márquez sigue demostrando su talento y competitividad en el circuito de Buriram, marcando la vuelta más rápida en los entrenamientos del viernes del Gran Premio de Tailandia. Con un tiempo récord de 1:29.165 en su GP23, el piloto de Gresini se colocó a la cabeza de la tabla, 0.110 por delante de Jorge Martín, líder del campeonato.
Sin embargo, Márquez asegura que no ha sido fácil, especialmente por las condiciones de calor y la velocidad de los otros pilotos de Ducati que, como él anticipa, se acercarán al ritmo a medida que avance el fin de semana.
"He sufrido un poco, porque estoy algo enfermo y no ha sido nada agradable salir ahí a correr con tantísimo calor", confesó Márquez al finalizar la jornada. Aun así, el octocampeón ha dejado claro que su objetivo es mantenerse competitivo y pelear en el frente de la parrilla, consciente de la exigencia del campeonato y del nivel que están demostrando pilotos como Jorge Martín y Pecco Bagnaia.
El piloto de Gresini ha sido cauto a la hora de valorar sus opciones para la carrera, reconociendo que aunque ha tenido un buen arranque del fin de semana, sus rivales tienen un ritmo constante en las tandas largas. "Tanto Martín como Pecco están elevando el listón muy alto, pero también tenemos nuestra batalla personal Enea y yo, que, por mi parte, estoy arriesgando bastante para intentar estar allí con ellos", comentó Márquez. A su juicio, terminar en segunda fila en la clasificación sería un objetivo "realista".
Sobre su posición en pista, Márquez señala que el mayor punto débil de la GP23 está en la aceleración, un aspecto en el que los rivales directos le ganan terreno en rectas largas: "Acelerando. Es un poquito el concepto de este año, la moto que tenemos, en todas las rectas largas se pierde un poquito, pero, luego, en el punto revirado, hay puntos fuertes para recuperarlo".
Desde Austria, Márquez ha mostrado una evolución constante, consolidándose en las primeras sesiones de los viernes, lo que le ha dado la confianza necesaria para desarrollar su estrategia de cara al fin de semana sin cambios drásticos en la moto. "Cuando dimos el salto tan importante en Austria, con esa base fuimos a tres circuitos diferentes y ya no tocamos prácticamente nada. Muelle para arriba, muelle para abajo, la altura un poquito, esto o lo otro, pero poca cosita. Hemos encontrado una base buena, que eso te hace partir mucho mejor", explicó Márquez.
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La mejora en esta primera fase de cada Gran Premio le ha permitido optimizar el tiempo de trabajo en los neumáticos y adaptarse a cada pista con mayor facilidad. "De la otra manera, siempre iba a remolque y el domingo ya llegaba tarde", añadió el piloto.
Márquez sigue buscando ese "último puntito" de velocidad y consistencia que siente que aún le falta para batallar de tú a tú contra las GP24: "Evidentemente, cuanto mejor te encuentres, más rápido vas, más adelante estás y menos errores cometes porque tienes la velocidad esta y la capacidad esta de gestionar momentos, pero aún me falta el último puntito de cocción para intentar estar a un nivel un poquito mejor", explicó.
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Aunque la victoria en Australia ha sido un impulso para el piloto de Cervera, reconoce que la pelea por el título es prácticamente un sueño inalcanzable, sobre todo ahora que le separan 79 puntos de Jorge Martín con 111 puntos en juego hasta Valencia. "No. Imposible. Son dos pilotos. Si es uno, mira, pero con dos... Si piloto como hoy, hay más números de cometer el error yo que ellos, porque he ido un poquito más pasado de ese puntito, sobre todo en la vuelta en la que me he colocado primero. Ya, luego, en la otra vuelta, he bajado un puntito porque la veía venir", concluyó Márquez, quien considera que sus mayores dificultades están en los sectores 1 y 2 del circuito de Buriram, donde pierde tiempo frente a sus rivales.
