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La jornada del domingo en Estoril resultó clave para Niccolò Bulega, quien, con su victoria por apenas tres milésimas en la Superpole Race y un sólido segundo puesto en la Carrera 2, logró mantener sus opciones matemáticas en la lucha por el título de Superbikes, que se decidirá en Jerez. Para el piloto italiano -que cuenta con una desventaja de 46 puntos respecto a Toprak Razgatlioglu, su primera temporada en la categoría ha sido notable, y a medida que se acerca el final del campeonato, sus sensaciones son muy positivas.
Bulega comenzó el día con una emocionante victoria en la Superpole Race, la más ajustada en la historia de la competición gracias a un estrecho margen de solo tres milésimas sobre Toprak: “Me divertí mucho esta mañana porque estaba al límite, pero en la última vuelta intenté sacar algo extra y al final funcionó, especialmente porque en el último sector Toprak no era tan rápido. Gané prácticamente dos o tres décimas en la última curva. Salí muy bien y terminé ganando con el margen más reducido de la historia”, explicó el italiano.
Después de cruzar la línea de meta, no estaba completamente seguro de haber ganado, ya que Razgatlıoğlu estuvo pegado a él hasta el final. “Después de la bandera a cuadros, estaba contento, pero no convencido de haber ganado. En la recta final lo tenía pegado y no sabía con certeza quién había cruzado primero. Creo que él también estaba en duda. Fue solo cuando llegué a la curva 6 y vi a mi jefe de prensa con la bandera italiana que comencé a celebrarlo”, continuó Bulega, rememorando la tensión del momento.
Comparado con el famoso final entre Valentino Rossi y Toni Elías en 2006, Bulega admitió que tenía pocos recuerdos de ese episodio, ya que solo tenía seis años en aquel momento. Sin embargo, la historia le sirve de referencia como uno de los finales más memorables en el motociclismo.
En cuanto a sus decisiones en pista, Bulega se mostró satisfecho con los adelantamientos que realizó a lo largo de la carrera. “Me sentía muy bien sobre la moto, y supe que tenía que empujar al máximo. En comparación con Toprak, tenía una goma diferente, así que intenté mantenerme cerca de él. Fue en la última vuelta cuando di más del 100%. Sabía que él es difícil de adelantar en frenada, así que busqué otro punto”, explicó Bulega sobre su estrategia.
Durante esos momentos de máxima tensión, el piloto de Ducati se concentró en no cometer errores. “Cuando vi que estaba ganando metros, intenté mantener la calma y hacer bien la maniobra. También me aseguré de no cometer errores al cambiar de marcha, porque cualquier mínimo fallo me habría costado la victoria”, añadió.
El riesgo que asumió Bulega con los neumáticos blandos fue un factor clave. “Arriesgué con las gomas blandas, mientras que Toprak, aunque no arriesgó, era muy competitivo. Incluso con la ventaja de las gomas de clasificación, no sabía cómo llegarían al final de la carrera. Al final aguantaron bien, pero honestamente, aún no estoy a su nivel”, reconoció humildemente, sabiendo que aún tiene margen de mejora.
La Carrera 2, por otro lado, fue un reto distinto para Bulega. Aunque logró acabar segundo, Razgatlıoğlu marcó un ritmo inalcanzable para él. “Quizás podría haberme mantenido con él durante 7 u 8 vueltas, pero no más, tenía otro ritmo. En las primeras vueltas me costó adelantar a Bautista, y al final no fui lo suficientemente rápido”, admitió el piloto.
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Respecto a la ayuda recibida de Álvaro Bautista en la Carrera 2, Bulega fue claro al señalar que no fue una decisión previamente pactada, pero agradeció el gesto de su compañero de equipo. “Sabía que estaba detrás de mí y que no intentó atacarme, pero no lo habíamos hablado antes de la carrera. Si lo hizo, fue una decisión suya”, comentó el italiano, dejando claro que la maniobra de Bautista fue espontánea.