 Por John Fernández@johnfervar |
Pedro Acosta lo tenía todo hoy para ganar su primera carrera en MotoGP, pero no acabó pasando. El Tiburón de Mazarrón fue uno de los grandes protagonistas de la carrera al sprint en Motegi. Sin embargo, las prisas y los errores pudieron con el murciano, que una vez más, se precipitó por el trazado japonés.
Acosta perdía entonces toda esperanza de ganar. Su condena llegaba después de una carrera perfecta en la que demostró ritmo y mucha determinación. Incluso pudo arramplar con Bagnaia en uno de sus momentos más rápidos de toda la carrera. A solo cuatro vueltas para el banderazo, Acosta besaba el asfalto tras perder el tren delantero de la GASGAS, y decía adiós a toda posibilidad.
Lo dijo ya oficialmente proclamado como mejor rookie del año, “la caída más dolorosa del año, seguro”. Dolorosa porque Acosta certifica que “se ha visto que éramos competitivos de verdad. No se ha caído nadie delante para que lideráramos y estábamos haciendo un ritmo bueno, incluso cuando la salida no ha sido la mejor. Es una pena porque ha sido un error muy pequeño, ha sido por el pelo de un coño”.
Sobre el momento del desastre puntualizaba haberse ido “un pelín largo, y a la que me he ido de más, me he caído. Ha sido una tontería. Lo he visto luego en tele, y es duro de aceptar”. Por otra parte, él también se queda con lo “positivo”, que dice, es “ver que estamos en nuestras sesiones cada vez más cerca de las Ducati porque llevamos cinco carreras haciendo las cosas bastante bien, incluso habiéndome caído”.
Tampoco pasó desapercibido el hachazo que le metió el español a Pecco Bagnaia. Una táctica orquestada desde el inicio de la carrera, asegura el del GASGAS: “Me he centrado mucho en ir muy pegado a Pecco y que no se me fuera, aunque la primera vuelta me lo he tomado con calma y no la quería liar frenando. Se me estaba escapando un poco, y ya cuando he salido muy pegado a él, he intentado hacer lo que hacía el de adelante. Nos venía bien para la gasolina, pero muy mal para las presiones de los neumáticos. El adelantamiento ha sido como los que hacía antes, tirarme a por él, sin perder la línea, que no suele pasar muchas veces”.
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El cómputo global para Acosta es que “vuelvo a tener esas sensaciones y soy capaz de hacer esto”. Confiesa verse “así de fuerte en ciertos puntos”, y que es algo que la moto le permite: “Llegan, me dicen que tengo que hacer, voy, salgo, la moto permite hacerlo, la moto no tiene problemas, la fábrica está poniendo todo bastante en línea”. Un sentimiento que refleja que “KTM está dando la mayor evolución que estamos viendo, y hoy hemos plantado cara de verdad. Estamos en un buen momento de evolución, como los Pokemon, que son de aquí de Japón”.
