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Casey Stoner ha vuelto a las pistas, pero no a las que estamos acostumbrados a verlo. En estos días, el australiano se subió de nuevo a una moto de flat track, algo que no hacía desde hace más de dos décadas. Este retorno a sus inicios ha llenado de nostalgia a sus seguidores, quienes aún recuerdan sus orígenes en el motociclismo antes de convertirse en una leyenda de MotoGP.
Antes de que decidiera dedicarse a la velocidad y de abandonar Australia para perseguir el sueño del Campeonato del Mundo en Europa, el joven Stoner ya era un verdadero prodigio del Dirt Track y del Short Track australiano. Tan solo en sus primeros 14 años de vida, el de Southport había conseguido nada menos que 41 títulos en estas disciplinas. Su traslado al viejo continente lo llevó a seguir una trayectoria diferente, la de la velocidad pura, y a destacarse hasta llegar a coronarse campeón del mundo de MotoGP en dos ocasiones, en 2007 y 2011.
No obstante, el amor por el flat track nunca se ha ido. A menudo se ha sabido de la pasión del australiano por este tipo de motociclismo, que fue su primera conexión real con el mundo de las dos ruedas. En un reciente post en sus redes sociales, Casey compartió un video donde se lo puede ver sobre una Beta RX 300 2 tiempos, especialmente preparada para el flat track. A pesar del tiempo transcurrido, parece que Stoner sigue teniendo ese toque especial, deslizándose por el óvalo de tierra como si los años no hubieran pasado.
En su perfil oficial de Instagram, Stoner compartió el siguiente mensaje: "Quitando el polvo, primera vez en una moto de dirt track en 20 años". Este breve video muestra al ex piloto de MotoGP relajado y disfrutando, recordando sus raíces y mostrando la misma destreza que lo hizo destacar en su juventud.
Stoner, quien se retiró definitivamente de la competición en 2012, siempre ha tenido una relación muy particular con las motos y con el ambiente competitivo. Su salida de MotoGP fue un duro golpe para sus fans y para el campeonato, pero siempre ha dejado claro que el deporte, en sus formas más puras, nunca ha dejado de ser una parte fundamental de su vida.
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Ahora, alejado de los compromisos de las carreras y de la presión de un calendario exigente, el australiano se permite volver a disfrutar de la moto desde otra perspectiva, más relajada y cercana a la diversión.
