![]() Síguenos en WhatsApp |
No es habitual ver a dos máquinas de cuatro y dos tiempos compartiendo pista. En el pasado, cuando la categoría de 500 cc transicionó a MotoGP, los fans tuvimos la oportunidad de disfrutar durante un año (2002) de un curioso duelo en pista: las modernas MotoGP de cuatro tiempos lucharon cara a cara contra un pequeño reducto de viejas 500 que se vieron ampliamente superadas por los potentes motores de casi 1000 cc de las nuevas MotoGP.
Hoy, más de 20 años después, hemos tenido la oportunidad de ver otro bonito duelo entre motos 2T y 4T, esta vez gracias al esfuerzo de Niccolo Canepa por compartir su última visita al Yamaha Racing Experience, un evento celebrado en Jerez hace un par de semanas donde varios pilotos de la fábrica de Iwata tuvieron la oportunidad de probar motos de competición de los años 80, 90 y 2000.
El integrante del Pata Prometeon Yamaha y compañero de Jonathan Rea, Andrea Locatelli, pudo cumplir uno de sus sueños de la infancia: pilotar la YZR 500 del año 2001 con la que Max Biaggi abordó su última temporada sobre una máquina de dos tiempos. La YZR 500 ha sido una moto icónica en el mundo del motociclismo de competición, corriendo desde 1973 hasta 2002, acumulando 28 generaciones a lo largo de 30 años.
Durante este periodo, 20 pilotos diferentes ganaron 115 carreras para Yamaha, consiguiendo además 11 campeonatos del mundo y 9 campeonatos de constructores con la YZR. Con la transición del Mundial de Motociclismo hacia los motores de cuatro tiempos, los modelos finales de dos tiempos de la YZR 500 no fueron completamente nuevos, pero sí mejorados.
La Yamaha OWL6 de 2001 mantenía la base de la OWK6, pero con mejoras en varios detalles. Los pilotos podían elegir diferentes configuraciones de basculante trasero para ajustar la longitud según sus preferencias. Max Biaggi logró tres victorias en Grandes Premios con esta moto y terminó segundo en el Campeonato Mundial.
La última moto de esta legendaria serie fue la Yamaha OWL9 de 2002. Este modelo se destacaba por tener el motor más adelantado para mejorar la distribución del peso y un brazo oscilante trasero más ligero. La OWL9 compitió en la temporada 2002 junto con las primeras motocicletas de cuatro tiempos de 1000 cc. Olivier Jacques consiguió la pole position en el Gran Premio de Alemania con esta moto, mientras que Norick Abe terminó sexto en el Campeonato Mundial, cerrando así un capítulo importante en la historia del motociclismo.
Así, Locatelli ha sido uno de los pocos elegidos que han tenido la oportunidad de probar una moto icónica, un auténtico tributo a los motores de dos tiempos, y lo hizo en un escenario inmejorable como es el del Circuito de Jerez. A su lado, Canepa trató de seguir a su compatriota italiano sobre una moto mucho más moderna, una Yamaha YZF-R1M de serie con suspensiones electrónicas, carenado de fibra de carbono y un motor de cuatro cilindros en línea capaz de entregar 200 cv de potencia para mover sus 185 kilos de peso en seco.
Leer también: Razgatlioglu se burló de Ducati durante su celebración en Donington
Por su parte, la YZR500 presume de una potencia cercana a los 180 cv y un peso sensiblemente inferior al del R1M, unos 131 kilos sin combustible. Eso sí, consciente del pedazo de historia que lleva bajo el trasero, Locatelli no exprime esta icónica 500 como hiciera en el pasado Max Biaggi, aunque el vídeo que nos ha regalado Canepa es una auténtica delicia visual y sonora, así que dedica los próximos cuatro minutos de tu día a disfrutar: