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Carlos Tatay ha regresado a un circuito de velocidad casi cinco meses después del grave accidente que sufrió durante la ronda portuguesa del Campeonato de Europa de Moto2, en el Circuito de Portimao, una caída en la que el piloto valenciano acabó impactando contra el muro de la curva uno del trazado luso a más de 160 km/h y que se saldó con cinco costillas fracturadas y dos vértebras rotas que, lamentablemente, acabaron afectando a su médula espinal.
Tras ser operado de urgencia en el Hospital de Faro (Portugal), Tatay ingresó en el Hospital de Parapléjicos de Toledo para iniciar un duro y largo proceso de rehabilitación que poco a poco va dando sus frutos, siempre con el objetivo en mente de volver a caminar y, quién sabe, incluso volver a competir en moto en un futuro.
De momento, tal y como reveló el jueves en DAZN, Tatay ya ha empezado a sentir las piernas, sin duda una noticia más que positiva que no hace más que reforzar la moral del piloto de 20 años, que ha demostrado tener una voluntad de hierro y una ambición desmesurada por recuperar la movilidad total de sus extremidades.
Tatay ha viajado este fin de semana hasta el Circuito Ricardo Tormo de Valencia para reencontrarse con muchos rostros conocidos en la que ha sido su primera aparición pública tras la caída del pasado 2 de julio. Hoy, charlando con la prensa desplazada hasta Cheste, el piloto español aseguraba "estar bien" y "contentísimo de estar aquí" porque "pensaba que lo iba a pasar peor de lo que podía imaginar en el paddock, pero ha estado muy bien venir".
El de Alacuás confía en que la lesión que le mantiene en silla de ruedas desde hace cinco meses "sea algo transitorio", sin duda "una de las grandes incertidumbres que tengo, ya que nadie me sabe decir nada y no se pueda ver realmente lo que está afectado y lo que no en la médula".
Por ahora, las cosas le van bien a un Tatay que se pasa siete horas al día trabajando en su cuerpo; la evolución, según sus médicos, "está siendo muy buena", hasta el punto que "ni ellos se creen mucho lo que estoy evolucionando", de ahí la positividad de un Tatay que no ha perdido la sonrisa en su rostro: "Se necesitan unos seis meses para que la médula se desinflame del todo y ver por dónde van a ir los tiros. Todavía me quedan casi dos meses para cumplir ese plazo, y además este plazo es para una lesión completa, con la médula sesgada por completo, y yo tengo la suerte de que es una lesión incompleta, así hay algunos resto de la médula".
Son precisamente esos restos los que animan a Tatay a soñar con recuperar la movilidad completa de sus piernas; el español confía en que "muchos de esos restos estén vivos y conectados", lo que podría suponer una gran mejora en su condición a pesar de que "la recuperación puede ser muy larga", y eso implica más gastos y esfuerzos por parte de su familia.
Precisamente en este aspecto, el económico, es donde Carlos Tatay lo está pasando peor. Desde su accidente, la Federación Española y la Valenciana de Motociclismo no terminan de ponerse de acuerdo en qué pasa con el seguro que Carlos tenía contratado, una póliza a todas luces insuficiente para sufragar la rehabilitación de un piloto que, como es su caso, necesitará de meses o incluso años de terapia para recuperar toda o parte de su movilidad.
Tatay no oculta que las distintas federaciones "me han dejado colgado por todas partes", y eso significa que, a día de hoy, su familia y sus amigos más cercanos están costeando el tratamiento de Tatay en Toledo, a donde ha tenido que mudarse y alquilar un piso "Los que tienen que poner orden y echarme una mano, que son las federaciones, se están echando las culpas unos a otros. Unos dicen que me tienen que cubrir la Federación Valenciana y los otros me dicen que me tiene que cubrir la Federación Española", se queja un Tatay que se siente totalmente desamparado por las mismas personas que, cuando triunfaba, no dudan en hacerse la foto con él.
Tanto Carlos como su entorno están buscando soluciones, no con las federaciones porque, critica, "resulta imposible reunirte con ellos y no traen ninguna solución", y agradece que otros pilotos del Mundial de Motociclismo estén aportando su granito de arena de forma desinteresada: "Lo que es pésimo es que haya pilotos de MotoGP que intentan ayudarme económicamente en cualquier aspecto y que unas federaciones, que son las que se tienen que encargar de esto, no lo hagan", lamenta el que fuera campeón de la Red Bull MotoGP Rookies Cup en 2019.
Según los cálculos que Carlos y su entorno han hecho, necesitará "115.000 euros al año" para poder cubrir todos sus gastos médicos, un esfuerzo que su familia no puede afrontar porque, recuerda, "mi padre es panadero y es imposible costear esto".
De momento, para poder afrontar el alquiler del piso en Toledo y comprar un coche adaptado a las necesidades de Tatay, sus padres "han tenido que vender la casa", una situación que lógicamente afecta a la moral de un Carlos Tatay que ahora necesita, más que nunca, la ayuda y la respuesta de todas las federaciones en las que él siempre ha confiado: "Estoy pasando una mala situación, ya no física, porque físicamente tengo muchísimo apoyo de toda mi familia y amigos que me están ayudando, pero mentalmente con las federaciones. Venía en el coche llorando y por eso es duro en ese sentido, porque te tienes que acostumbrar, no paras de tener esta situación en la cabeza y es duro pasar estos tragos y que con mi familia no sabemos qué hacer, no sabemos dónde ir, pues es mucho dinero el que hay que pagar para mi recuperación".
En vista de que la falta de respuesta por parte de las federaciones se alarga, la familia de Carlos ha puesto en marcha una asociación con el fin de recaudar fondos que ayuden a solventar su situación financiera, usando el hashtag #todoscontatay en redes sociales para apoyar este movimiento: "Al principio me han escrito muchísimos pilotos de MotoGP intentando ayudarme y por desgracia les he tenido que decir a todos que no porque lo tenemos todo muy parado por cuestiones de abogados, pero estoy empezando a montar ahora una asociación".
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Tatay quería evitar a toda costa acudir a ayuda externa, pero dado el estado de abandono en el que se encuentra por parte de las federaciones, no le queda más opción: "Al principio no quería, pues me negaba a que gente que no tenía la culpa me ayudara, pero visto que con las federaciones va para largo por temas de juicios y demás, estamos intentando montar todo bien hecho en esta asociación para que la gente que quiera aportar y que pueda que nos eche una mano. Es para poder continuar con la rehabilitación, porque es la única vía que nos queda", sentencia un resignado Carlos Tatay.
