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La Yamaha R7 es una de las motos deportivas más racionales, divertidas y exquisitas que hay actualmente en el segmento. La R7 es una de las opciones más sensatas para todos aquellos que buscan una moto de corte sport para el carnet A2 o bien para aquellos que con el carnet A, creen que 73 CV son suficientes para pasárselo en grande.
Revestida con un aspecto juvenil y deportivo, la R7 es una excelente deportiva a medio camino entre una R3 y una R1. Los japoneses entienden que la R7 es lo más razonable para aquellos que buscan algo más que una R3, que puede quedarse corta para cierto nicho con sus 42 CV, pero tampoco quieren la descomunal potencia de la R1 (200 CV).
El público A2 cada vez atrae más, y las marcas han buscado soluciones. Es una jugada estratégica; con la R7 puedes disfrutar de una deportiva compacta para los dos años del A2, y luego deslimitarla con el carnet A. Por eso decimos que es válida tanto para los que empiezan como para los que buscan rodar más adelante. Y aquí van cuatro buenas razones que destacan a la Yamaha R7 sobre su competencia:
1. Motor CP2 más que probado
Todo el mundo coincide en que el CP2 es uno de los motores más divertidos de la gama de Yamaha; bien lo sabemos en Todocircuito, que hemos testeado este propulsor hasta la saciedad. La Yamaha MT-07 fue la primera que inauguró el exitoso bicilíndrico CP2 (además, también lo montan la Tracer 7, XSR700 y Ténéré 700), que lo convierte en un digno propulsor de jugar con su alto par y sensación de aceleración.
Justo por eso encuadra tan bien en la Yamaha R7. Cubica 689 cc, DOHC, 4 válvulas y refrigeración líquida, con un cigüeñal de 270º crossplane que ofrece un rendimiento concreto de 73,4 CV a 8.750 rpm y un par motor de 67 Nm a 6.500 vueltas. Limitada ofrece 47,6 CV a 7.750 vueltas.
A ello hay que sumarle una configuración de la unidad ECU (exclusiva a partir de la R7 2022), conductos de admisión de aire optimizados y un diseño de escape revisado. Tiene un toque deportivo extra si cabe, ya que en la última revisión Yamaha modificó la relación de reducción de la marcha secundaria, haciéndola menor para dotarla de más aceleración y deportividad.
Pero es que también viene con un embrague anti-rebote Assist & Slipper (A&S) para hacer reducciones sin perder tracción. Y para los que busquen comodidad y rapidez en el cambio, un cambio rápido QSS (sólo de subida).
2. Frenos y suspensiones de Superbike
La parte ciclo también se dispone a agilidad y deportividad. Erguida sobre un bastidor ‘backbone’ delgado y una abrazadera entral de aluminio, equipa una horquilla invertida KYB de 41 mm regulable en precarga, compresión y rebote. Detrás, un monoamortiguador monocross tipo ‘link’ regulable en precarga y rebote.
Para la frenada, esta R7 confía en unas pinzas monobloque de cuatro pistones de anclaje radial y una Bomba Brembo, lo que es un aclamo de primer nivel. Son las mismas pinzas que podemos encontrar en la Yamaha YZF-R6 Race que se vende de forma exclusiva para circuito, y eso da una idea del potencial de frenada que ofrece la R7.
3. Aspecto racing que enamora y no cansa
La R7 es una moto juvenil, que respira modernidad y con un estilo cuyos orígenes radican en la YZR-M1 de MotoGP. El criterio y compromiso con la aerodinámica siguen estando presentes en esta deportiva, con un frontal reducido y unas dimensiones que la convierten en una de las R más estrechas de todo el mercado. Hablamos de que es más estrecha incluso que las R125 y R3.
Remata un faro LED central dentro de la toma de aire central y otras dos luces de posición laterales LED, como su hermana mayor de 1.000 cc. En electrónica viene equipada con pantalla LCD y, fiel al resto de la gama CP2, sin asistencia electrónica.
A todo esto hay que sumarle una posición R, pero amable. A las estriberas retrasadas se le suman los dos semimanillares por encima de la pletina, con una posición deportiva pero sin llegar al extremo de una RR.
4. Puedes comprarla desde 90 euros al mes
Quizá ese sea uno de los reclamos de los propietarios de la R7. Al no tener demasiadas exigencias ni estridencias, su precio se mantiene muy competitivo respecto al resto del mercado. Hablamos de una moto que cuesta 9.799 euros de serie, y que además se puede personalizar con los colores Icon Blue, negro Yamaha y el más especial de todos: el R7 60º Aniversario.
Además, Yamaha suele incluir con frecuencia su R7 dentro de las múltiples promociones que la marca va lanzando a lo largo del año. Ahora, por ejemplo, es posible adquirir una Yamaha R7 por sólo 90 euros al mes con la financiación Yamaha Yoy Easy Go, que además te permite, pasados tres años, quedarte con tu moto, devolverla al concesionario o cambiar tu R7 por otro modelo Yamaha, por ejemplo por una YZF-R1.