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Valiente y decidido, así se ha presentado Iker Lecuona este jueves en el Circuito de Assen para volver a subirse a la Honda RC213V oficial del equipo Repsol, esta vez como suplente de Joan Mir, lesionado en una mano desde Mugello y de baja médica, como mínimo, ya hasta la cita de Silverstone del mes de agosto.
Lecuona, que no volverá a competir en el WorldSBK hasta finales de junio, ha aprovechado su fin de semana libre para aceptar de nuevo el reto que supone este año jugarse el tipo sobre la RC213V, una moto que ya ha mandado al hospital a tres de sus cuatro pilotos este año y con la que nadie -excepto Alex Rins en Austin- ha sido capaz de hacer algo remarcable en lo que va de temporada.
Al igual que en Jerez -donde sustituyó a Marc Márquez-, Lecuona volvió a enterarse por su representante del interés de HRC por contar con él en los Países Bajos: "El lunes por la tarde mi mánager me preguntó si quería ir a Assen, pero sólo si me apetecía, y le dije '¿'qué pregunta es esa, por favor?', me dijo que si era una pregunta un poco estúpida, y le dije que sí", ha comentado entre risas durante su charla con la prensa en Assen.
Iker no esconde que, para él, "es una oportunidad, un placer y un honor" acudir a la llamada del Repsol Honda, una fábrica que, bajo su punto de vista, "es la mejor del mundo" a pesar de que "la moto les cuesta más o menos" a sus pilotos.
El piloto español ha hablado también de los paralelismo que existen ente la CBR 1000 RR-R SP que pilota en Superbikes y la RC213V de MotoGP, dos motos que son "críticas" y que tiran a sus pilotos sin previo aviso: "Para mí es una moto crítica. Yo en SBK este año lo estoy pasando mal igualmente y me estoy cayendo sin saber por qué. Es crítica de delante y es un problema similar. Es una moto y habrá que apretar cuando haya que apretar y conformarse cuando toque hacerlo".
Pese a que llevará una de las peores motos de la actual parrilla, el valenciano insiste en que está "feliz al 100%" por el simple hecho de estar ya en Assen, y deja el miedo a un lado cuando se trata de un desafío de este calibre: "Si te da miedo, es mejor retirarte o hacer otra cosa. Si un piloto tiene miedo, este no es tu sitio. Yo me he caído y me he roto, y en 2017 lo quería dejar. Y al acabar 2018 dije que un año y que si no lo dejaba, pero cambié el chip".
MotoGP es, en palabras de Iker Lecuona, "un deporte para tenerlos bien puestos" y donde el piloto debe asumir que las caídas están ahí y que el riesgo de lesión es alto: "No le tengo miedo y, si me caigo, pues me levanto, mejor o peor, y voy a por la segunda moto. Le tengo respeto, por lo que he visto, pero una cosa es respeto y otra es miedo".
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De cara al intenso fin de semana que Lecuona tiene por delante en Assen, el dorsal #27 se marca como objetivo "rodar e ir poco a poco", y no espera que Honda le dé nada importante para probar porque, en su opinión, tampoco tendría mucho sentido: "Tampoco es interesante que me den cosas a probar, porque me he subido una vez a la moto. Depende de cómo vaya el fin de semana, no digo que no a probar cosas si tengo otra oportunidad o en un test, pero ahora sería estúpido, porque aún estoy muy lejos y no voy a notar la diferencia".