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Después de ser desahuciado y quedarse sin asiento en MotoGP, Remy Gardner se vio obligado a buscar refugio en otra competición. El australiano recayó en el Mundial de Superbikes, donde es uno de los 'rookies' de la categoría después de siete años en el paddock del mundial de motociclismo. Y no se arrepiente del forzado cambio al que se vio obligado.
Aunque las dos no dejan de ser motos, Gardner dice que ahora disfruta mucho más de pilotar una Superbike, explicando a Motorsport-Total que “las motos de MotoGP se han perfeccionado hasta tal punto que solo hay un estilo de conducción. Tienes que hacer feliz a la moto. Y si puedes hacer eso, entonces eres realmente rápido”.
Son varios los que a lo largo de los años ha comentado las diferencias técnicas entre una MotoGP y una Superbike, y esta última no deja de ser una moto de producción con mejoras al más alto nivel. Algo en lo que coincide Gardner: “Una superbike es más como una moto normal”, narra el piloto que ahora trabaja para Yamaha.
“Sin dispositivos, alas y esas cosas. Una superbike es inestable, puedes derrapar con ella y la rueda trasera se eleva al entrar en curva”, narra Gardner sobre las virtudes de pilotar una superbike en comparación. También confiesa que es “realmente muy divertido, ya que la moto se mueve mucho en curvas rápidas”, algo que no parecía sentir sobre la MotoGP.
Su desamor con KTM y su prematura salida del paddock fueron casi obligadas. El campeón del mundo de Moto2 no se ganó la confianza de los austriacos para prolongar su contrato. El hijo de Wayne Gardner confiaba en renovar su contrato con los de Mattighofen antes del GP de Austria, pero allí se llevó su primer golpe de realidad cuando el directo de KTM Motorsport, Pit Beirer, aseguró públicamente que su fábrica confiaba en que Oliveira aceptara un nuevo contrato por tres años para ser piloto de fábrica de GASGAS, un movimiento que lógicamente habría dejado a Remy sin moto para 2023.
Ahora Gardner dice que ha perdido todo el interés en MotoGP, y que ni siquiera ve las carreras por televisión. Únicamente visiona la de sus colegas cuando corren en Moto2, como Pedro Acosta, con quien mantiene una estrecha relación.
“Siempre ha sido así. Es como la Fórmula 1, el pináculo absoluto. Pero si solo quieres divertirte y experimentar buenas carreras, entonces el Campeonato del Mundo de Superbikes es una gran alternativa”, menciona el piloto de 25 años.
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Uno de los principales cambios, comenta, viene en relación con los neumáticos. No era fanático de los Michelin en MotoGP: “En una superbike tienes mucho más feeling. Los Michelin son bastante rígidos, por lo que hay poco margen de error, te caes muy fácilmente cuando los neumáticos están fríos”, dice. En cambio, comenta que “los Pirelli en Superbikes tienen una ventana más grande aunque tienen otros problemas como la durabilidad”.