![]() @todocircuitoweb |
Antes de ser el amo y señor del Mundial de Superbikes, Álvaro Bautista disfrutó de una larga carrera deportiva en el Mundial de Motociclismo. Llegó al campeonato en 2003, con 19 años, y tras hacerse con el título del octavo de litro en 2006 dio el salto a la categoría de 250 cc, donde cosechó un subcampeonato (2008) y un total de ocho victorias a lo largo de tres temporadas.
Su llegada a MotoGP se produjo en 2010, en el seno del único equipo oficial por el que ha pasado, Suzuki. Pese a ser una estructura de fábrica, aquella GSV-R poco tenía que ver con la GSX-RR con la que la marca de Hamamatsu volvería al campeonato años después, y tras dos años en los que Álvaro no logró visitar el podio, el español recaló en el San Carlo Honda Gresini sobre una RC213V satélite.
Con esta moto, Álvaro cosechó sus mejores resultados en la clase reina, firmando en 2012 un quinto puesto a final de año, con dos podios en el bolsillo. En 2015, todavía dentro de la estructura de Gresini, Álvaro cambio de Honda a Aprilia en el que fue el primer año de los Noale en la clase reina. El talaverano dejó atrás una moto medianamente competitiva por un prototipo que todavía estaba por madurar, y tras dos años complicados, Bautista hizo su último cambio de equipo y se fue al Pull&Bear Aspar Team sobre una Ducati satélite con la que tampoco logró éxitos importantes.
Echando ahora la vista atrás y con un título del WorldSBK en sus vitrinas, el piloto de 38 años cree que "en MotoGP me faltó estar en un equipo top con una moto competitiva, y la constancia de un trabajo seguido". En conversación con el periódico La Vanguardia, Bautista recuerda que "siempre me tuve que buscar la vida con motos satélites porque nunca estuve en un equipo oficial" y eso le impidió "demostrar todo lo que era capaz de hacer".
De los años que pasó en MotoGP siente que "podía haber dado más", un sensación que ahora ya ha superado en Superbikes, donde está feliz por "ser quien soy yo". Además de no disponer de motos competitivas, Bautista explica que le tocó convivir en parrilla con "Rossi, con Lorenzo, Márquez, Stoner, Pedrosa, Dovizioso…", nombres importantes a los que debía enfrentarse sobre una moto sensiblemente menos competitiva.
Su mayor éxito lo consiguió con la Honda de Gresini, "en el 2012 acabé quinto y sexto en el 2013 con una moto satélite", lo que parra Álvaro era "un mérito", y entiende que no fuera fácil para él encontrar una moto de fábrica con tantos nombres de calidad en el paddock: "¿A quién quitabas de una moto oficial para meterme a mí?", se pregunta. "Estaban todos aquellos nombres por delante. Ahora, MotoGP es más abierto, las motos satélites ganan, y no hay todos esos nombres que estaban delante sí o sí".
Sobre un posible regreso a MotoGP ahora que va camino de los 39 años, Bautista lo ve complicado a estas alturas, aunque bromea sobre el test que tiene pendiente realizar con la Desmosedici GP23, un premio por haber ganado en 2022 el título de Superbikes: "Si en el test ruedo un segundo más rápido que Bagnaia quizás se lo replantean… no creo que suceda", asume un Bautista que está encantado con el formato actual del WorldSBK poque es "es cómodo por los desplazamientos, sobre todo cuando tienes dos niñas pequeñas, hay menos estrés, menos presión. Si me plantearan volver a MotoGP me costaría decir que sí. Me daría un poco de pereza. Pero nunca se sabe".
Leer también: Bagnaia aclara su polémica con Poncharal: "Se ha descontextualizado todo"
En Jerez, Dani Pedrosa tuvo la oportunidad de volver puntualmente a la parrilla protagonizando un exitoso wildcard que vio al piloto catalán rodar en tiempos muy competitivos. ¿Se plantearía Álvaro hacer alguna aparición en MotoGP? "De momento pedí a Ducati hacer un test con la moto de MotoGP como premio a mi título del 2022. Haremos uno, quizás después del GP de Catalunya, y cuando la pruebe, ya veremos qué sensaciones me da. Si me gusta, ya pediré cosas, como un wild-card...", concluye el vigente campeón del WorldSBK.