 Redacción @todocircuitoweb |
El British Superbikes cuenta, desde hace años, con una categoría exclusiva denominada como GP2, una parrilla formada por motos 'híbridas' de supersport que utilizan chasis de terceros (Kalex, Suter, Harris...) y motores de diversos fabricantes (Yamaha, Triumph, Honda...) para crear lo que podría denominarse como un Moto2 alternativo, un experimento que funcionó muy bien durante sus primeros años, especialmente en la época de los motores de cuatro cilindros y 600 cc.
Sin embargo, la llegada de las nuevas Supersport Next Generation (Ducati Panigale V2, Triumph Street Triple 765, MV Agusta F800, etc.) ha menguado sustancialmente el número de inscritos en la clase GP2 del BSB; sin ir más lejos, el año pasado sólo formaron en parrilla seis pilotos con este tipo de motos, lejos de los 18 integrantes de la clase Supersport del BSB, y eso preocupa a los gestores del campeonato, conscientes de la posible desaparición de las motos GP2.
Para intentar dar solución a este problema, el ingeniero Tony Scott -con más de 30 años de experiencia en las carreras- ha presentado su último proyecto bautizado como Moto EVO, una evolución de las antiguas GP2 que permite a los equipos del BSB participar en la categoría GP2 con una moto de producción plenamente adaptada a circuito.
Scott ha centrado su primera Moto EVO en dos modelos Triumph, concretamente en la Daytona 675 y en la Street Triple 765; su filosofía es distinta a la que siguen los equipos que participan en Supersport con estas mismas motocicletas: en lugar de apretar los motores y llevarlos al límite -con su correspondiente desgaste y desembolso económico cada pocas carreras-, las Moto EVO centran su preparación en los ajustes de geometría de la dirección y el basculante trasero para convertir una moto de calle en una eficaz moto de pista.
Por 3.000 libras, los clientes pueden acceder al kit Moto EVO más básico, que incluye un ajustador del ángulo de la pipa de dirección, tija regulables para modificar el desplazamiento de las barras de la horquilla, un sistema de varillaje de suspensión trasera con diversos niveles en función del estilo del piloto y un ajustador para el basculante trasero que modifica su ángulo y hundimiento.
Con estas piezas, un piloto tiene cientos de posibilidades de ajuste para cambiar el comportamiento de la moto, volverla más nerviosa o más estable, solucionar problemas de desgaste prematuro de neumáticos y, en definitiva, acceder a unos settings que son inviables con el chasis de serie de una Triumph y que hasta ahora sólo ofrecían los bastidores de carreras desarrollados por fabricantes como Harris o Kalex.
Tony Scott no sólo ofrece este kit de acceso; cualquier equipo interesado en comprar una Moto EVO completa puede hacerlo a través de este ingeniero. La moto estándar equipa pinzas de freno monobloque Hel, escape artesanal de titanio MHP, llantas forjadas Dymag, botoneras de carreras, puño rápido Renthal y la posibilidad de adaptar varios tipos de carenado al chasis de serie.
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De momento, Scott se ha centrado exclusivamente en Triumph, pero Moto EVO podría abrirse a otros modelos de la nueva categoría de Supersport Next Generation, incluso a máquinas como la Yamaha MT-09 o la Kawasaki Z900 para ofrecer motos de carreras todavía más competitivas y avanzadas en circuito.
