 Por John Fernández @johnnyfumi |
Sería todo un hito que Jorge Martín se proclamase campeón del mundo de MotoGP con un equipo privado. Desde luego que la ambición y las armas (una Ducati Desmosedici GP23) no le faltan. El piloto español estuvo muy cerca de vestir de rojo con el Lenovo Team el año pasado, pero finalmente fue Enea Bastianini quien se acabó granjeando ese lujo.
Definir un 2022 para Martín no es fácil. Quizá didáctico sería la mejor palabra que se ajuste a todo, porque él mismo lo dice: “En 2021 no estaba al 100 %, el año pasado me sentí mucho mejor hacia el final de la temporada, aun a pesar de saber que me faltaba un poco más”, recoge Motogp.com.
Pues ahora llega a 2023 con las pilas cargadas y sabe que está “mucho más preparado para 2023, todo estará a punto para luchar por todo” y ya advierte de que será una “temporada muy competitiva para disfrutar”, es lo que ha dicho al canal oficial de MotoGP.
Lo didáctico le ha llevado a ser “un piloto más maduro, pienso mucho más las cosas y entender cada paso que doy, así que creo que mejoraré bastante, las últimas lesiones no han ayudado, pero también he aprendido de eso”. También es su tercer año en el Pramac, “la primera vez que estoy en un equipo por más de dos años, por lo que es importante, tengo una buena familia para trabajar juntos”.
Es un piloto con potencial; ya lo ha demostrado a bordo de una moto satélite. Por eso es cuestión de tiempo que otras fábricas le pongan un buen contrato en la mesa en 2022. Y él no está precisamente cerrado a escucharlos: “El mercado se mueve, todo se mueve, cuando hay una posibilidad de moverse, todo el mundo habla. Estoy abierto a todo, a quedarme en Ducati, a moverme”. Así que juega con la carta de “esperar” y “centrarse en la temporada para luchar por victorias.
Con un “luego ya pensaré si me muevo o no” abre las puertas a otras fábricas a lanzarle ofertas. Uno de los candidatos más sensatos sería Yamaha, donde podría suplir a Franco Morbidelli. El romano es buen piloto, subcampeón de MotoGP con la M1 del Petronas, pero no ha sido capaz de adaptarse bien a la moto oficial.
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A finales de 2023 finiquita su contrato con los japoneses. La confianza de Lin Jarvis está en juego, y el talento de Jorge Martín, sobre la mesa. Al madrileño le dolió que Ducati no apostara por él para formar parte del equipo oficial en 2023, un asiento que finalmente fue a parar a manos de Enea Bastianini.
En Borgo Panigale saben muy bien que Martín tiene el potencial necesario para ser campeón de MotoGP, por eso le aseguraron un trato de fábrica en 2023 dándole la misma moto e incluso pagándole lo mismo que a la 'Bestia'. Pero el madrileño sigue con esa espina clavada de no estar en un equipo oficial, y Yamaha podría ser la redención definitiva.
