 Redacción @todocircuitoweb |
Tesla es, desde hace años, el gran referente dentro del segmento de automóviles eléctricos. Las prestaciones de sus coches y su tecnología han convertido a la empresa de Elon Musk en el líder mundial del coche eléctrico, y aunque el resto de fabricantes están empezando a ponerse las pilas en este campo, Tesla todavía aguanta por delante de todos los demás.
En las motos, sin embargo, todavía no existe una 'Tesla' que sea capaz de marcar diferencias por su diseño, tecnología y prestaciones. Zero Motorcycles y Energica son, con diferencia, las más reconocidas a nivel internacional si hablamos de motos de carretera de tipo EV, y aunque sus matriculaciones no dejan de crecer cada año, están lejos del 'boom' que vive Tesla desde hace ya un lustro.
Aquí es donde entra en juego una marca nueva y desconocida llegada del Lejano Oriente que parece estar dispuesta a marcar un antes y un después en el segmento de las motos alimentadas por EV. Si Musk escogió el nombre de Tesla para sus coches, los chinos de DaVinci quieren sacar rédito del nombre de este polifacético inventor, filósofo, escultor y arquitecto para demostrar que sus motos están muy por encima de la competencia eléctrica que ahora mismo existe en un mercado todavía muy reducido.
En la reciente feria CES de Las Vegas hemos podido ver a la gran apuesta de DaVinci, la DC100, una motocicleta distinta a cualquier otra del mercado que destaca por sus llamativas formas, su inmenso abanico tecnológico con gadgets y ayudas de todo tipo, y por unas prestaciones que poco o nada tienen que envidiar a las que puede ofrecer un modelo similar alimentado por gasolina.
A diferencia de otras motos EV que tratan de seguir el patrón de diseño de las motocicletas convencionales, la DaVinci DC100 ha sido creada con otra visión muy distinta. Sus creadores han tomado como punto de partida su enorme -y tosco- bloque de baterías refrigeradas con una capacidad de 17.7kWh y lo han cubierto con un carenado de aspecto futurista y formas angulosas rematado por un subchasis reducido a la mínima expresión y un colín monoplaza.
La postura que adopta el piloto sobre la máquina es diferente a la de otros modelos, casi deportiva, con el cuerpo muy echado encima del bloque de baterías, prácticamente 'tumbado' encima de lo que sería el falso depósito.
El motor eléctrico, de imanes permanentes, se ubica en el buje de la rueda trasera. Sólo tiene una marcha, y su pico de potencia puede alcanzar los 135 cv junto a un demoledor par motor de 850 Nm que permite catapultar a la DC100 hasta los 100 km/h en menos de tres segundos. La potencia se transmite al suelo a través de un enorme neumático en medidas 240/45-17, montando Pirelli Diablo de serie, anclado a un basculante de aluminio monobrazo.
La parte ciclo está bien resuelta, y recurre a componentes 100% europeos; las suspensiones, totalmente regulables, son de Bitubo, mientras que para los frenos se recurre a lo mejor de Brembo, sus pinzas radiales de cuatro pistones Stylema acompañadas por enormes discos de 330 mm de diámetro.
Según su fabricante, la DC100 declara 357 kilómetros de autonomía WLTP, e incorpora un sistema KERS de regeneración de energía en las frenadas. La moto cuenta con hasta 200 sensores repartidos por toda su estructura que, combinados con una IMU de seis ejes, gestionan el ABS, el control de tracción (TCS) y el distribuidor de frenada dinámica CBS. La moto sólo monta una leva de freno en el lado derecho, y es la propia electrónica la que determina la que determina el reparto de las fuerza de frenado entre el eje delantero y el trasero.
Como si de un coche automático se tratase, la DC100 cuenta con varias posiciones de transmisión automática; si elegimos el modo D (Drive), la moto avanzará lentamente hasta los 7 km/h mientras no accionemos los frenos para garantizar salidas suaves. También incluye un modo marcha atrás (R) que facilita las maniobras en parado. Los sensores también ayudan a salir en pendientes inclinadas gracias a los sistemas Hill-Start Assist Control (HAC) y Hill Descent Control (HDC): la moto saldrá automáticamente a una velocidad de 7 km/h cuando soltemos el freno para evitar su desplazamiento hacia atrás.
Uno de los detalles más llamativos de esta DaVinc DC100 es la ausencia de una pantalla de instrumentación; el piloto deberá colocar su teléfono móvil sobre un soporte especial que ofrece carga inalámbrica, y mediante una App del fabricante podremos ver todos los parámetros que necesitamos en ruta. Tampoco hay llave para arrancar la moto ni emprender la marcha: todo se realiza desde el propio teléfono.
Según anunció DaVinci en el CES de Las Vegas, la DC100 irá incorporando nuevas funciones en el futuro, entre ellas la posibilidad de instalar un sistema de autopilotaje y autoequilibrio de la moto (requiere la instalación de una dirección asistida eléctrica EPS) y un control remoto que aparcará la moto de forma autónoma.
DaVinci confía en entregar las primeras unidades de su DC100 a lo largo de este 2023, concretamente en verano. El fabricante chino ya acepta reservas para este modelo tanto en Europa, donde su PVP es de 26.000 euros, como en Estados Unidos, donde parte de un precio de 27.500 dólares.
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Si quieres verla en movimiento, no te pierdes su vídeo oficial de presentación:
