 Redacción @todocircuitoweb |
Marc Márquez ya empieza a ver la luz al final del túnel. El pasado 3 de agosto se cumplían dos meses desde su última intervención en el brazo derecho para solucionar los problemas de rotación del húmero, una operación que obligó al #93 a bajarse de la moto en plena temporada pensando ya en 2023 y en recuperar el estado de forma que le llevó a conquistar seis títulos de MotoGP entre 2013 y 2019.
A pesar de que Marc disputó la temporada 2021 casi al completo y las primeras carreras de 2022, el piloto español nunca se ha encontrado cómodo al manillar de la Honda. Las tres intervenciones anteriores en su húmero derecho no solventaron por completo los problemas del catalán, y sólo había que observar su postura sobre la moto para darse cuenta de que estábamos antes un Marc distinto, incapaz de exprimir todo el potencial de la RC213V.
El piloto del Repsol Honda Team ha confesado en una charla con la web oficial del campeonato MotoGP.com llevar "dos años y no dos meses sufriendo, mentalmente es difícil". Márquez reconoce que todavía está atravesando un momento "duro" porque "siempre tienes esa duda de cómo estará el brazo", y hasta que no vuelva a competir y a ganar carreras, el de Cervera no se quedará tranquilo.
La operación a la que Marc se sometió en junio es la última y definitiva: "No puedo operarme otra vez, el médico me dijo que sería demasiado arriesgado. Estoy convencido de que todo irá bien, pero soy humano y tengo dudas. En uno o dos meses sabré si el brazo está bien para poder seguir compitiendo", cuenta el ocho veces campeón del mundo.
En un par de semanas, Marc Márquez visitará de nuevo a sus médicos para comprobar el estado de su húmero derecho e intensificar su preparación física, siempre y cuando el resultado de la revisión sea positivo: "A finales de agosto habrán pasado 12 semanas desde la rehabilitación. Será entonces cuando me revisarán el hueso desde dentro. Lo normal en ese momento será dar otro paso, pero si en esa revisión me dicen que tengo que esperar dos semanas más, entonces esperaré. Cuando el médico me diga 'el hueso está fijo, puedes aumentar la rehabilitación', entonces lo haré. En cuanto esté listo para subirme a una moto a un nivel aceptable, empezaré a pilotar, porque si quiero alcanzar el 100%, tengo que llevar una moto, es ahí donde usas unos músculos muy específicos".
Durante estos últimos dos meses, la pregunta de cuándo veremos a Marc subido de nuevo a una moto ha sido una constante. Algunos rumores situaban al catalán probando la RC213V del próximo año en los test que acogerá Misano el 6 y 7 de septiembre, pero Márquez lo ve precipitado y señala el mes de noviembre o incluso finales de octubre como una fecha de regreso más factible: "He oído cosas del test de Misano, pero no lo sé. Mi objetivo principal y el más realista tras hablarlo con los médicos es intentar hacer alguna carrera esta año, quizás las dos últimas o la última carrera en Valencia, para ir cogiendo ritmo y olvidarme del resultado. Ir teniendo algo de feedback para un test importante que tendremos después de Valencia, para probar la moto nueva en ese test, entenderla y darle algunos 'inputs' a los ingenieros japoneses".
Leer también: Livio Suppo: "Fichar a Joan Mir sólo es la tercera prioridad de Honda"
Y es que Márquez está más comprometido que nunca con Honda, sobre todo ahora que la fábrica japonesa atraviesa una etapa oscura en MotoGP sin que ninguno de sus pilotos sea capaz de luchar por posiciones de podio, incluso sufriendo en algunas pistas para entrar en la zona de puntos: "En Mugello se lo dije al equipo, que estaría fuera mucho tiempo, pero que no quería desconectar. He estado hablando mucho con Santi Hernández y con la gente de mi equipo para preocuparme por la moto de 2023. Estaré en Austria, porque allí habrá una reunión importante con los ingenieros japoneses para trabajar de cara al futuro. No sólo yo, Honda está en un momento muy difícil y todos formamos parte del mismo equipo, ganamos y perdemos juntos, y ahora es el momento de volver juntos a lo más alto", concluye el #93.
