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Miguel Oliveira, el piloto que más victorias ha conseguido en la historia de KTM en su breve periplo en MotoGP, no seguirá compitiendo dentro del box del Red Bull KTM Factory Team la próxima temporada. La firma austriaca anunciaba esta misma mañana la incorporación de Jack Miller a sus filas para las dos próximas temporadas, una noticia que automáticamente deja en el aire el futuro del piloto de Pragal.
De poco le ha valido a Oliveira haber cosechado cuatro triunfos sobre su RC16 en las tres últimas temporadas y haber sido uno de los artífices del éxito y de la evolución del prototipo de Mattighofen en MotoGP; en KTM saben de la importancia que tiene Miguel dentro de su presente y su pasado, por eso los austriacos están intentando convencerle para que siga con ellos en 2023, eso sí, enrolado en las filas del Tech 3, equipo en el que Oliveira ya compitió en el pasado con notable éxito.
Pit Beirer, director deportivo de la firma naranja, ha hablado para Motorsport-total.com sobre la evolución de las negociaciones con el piloto luso a lo largo de las últimas semanas, dejando claro que KTM nunca le ha ocultado a Miguel la llegada de Jack Miller en 2023, facilitándole así la búsqueda de un nuevo destino si no quiere aceptar la oferte del Tech 3.
"Antes de Mugello, traté de hablar con Miguel para confesarle que estas conversaciones se estaban llevando a cabo", dice Beirer en relación al fichaje de Miller. "Quería ser justo. Miguel es amigo mío y del equipo. Debería seguir siéndolo sin importar lo que esté pasando. Así que le hice una oferta para irse al Tech 3 y también le ofrecí un sueldo más alto. Realmente quería evitar que viniera a Mugello y dijera: 'Mi equipo, mis amigos, mi familia, fichen a otro piloto y pónganme en la calle'".
De hecho, una de las cláusulas del acuerdo que todavía vincula a Miguel Oliveira con KTM daba carta blanca a la fábrica austriaca a renovar automáticamente su contrato a partir del 1 de junio si antes no se había alcanzado un nuevo acuerdo, una opción que además le daba a KTM la libertad de colocar al piloto portugués en el equipo oficial o en el satélite.
Sin embargo, Beirer no ha querido ejecutar esta cláusula por respeto al propio Oliveira: "Teníamos una opción hasta el 31 de mayo, que podíamos haber canjeado. Después de esa fecha, de acuerdo con el contrato, habría tenido que seguir pilotando para nosotros, sin importar en cuál de las cuatro motos. Pero deliberadamente no lo hicimos porque tenemos una relación buena con Miguel".
Tras superar la fecha del 1 de junio, KTM volvió a contactar con Miguel y con su padre -que a la vez es su representante- para ofrecerle una oferta más jugosa con vistas a 2023, aunque de nuevo todo pasaba por cambiar al Tech 3, una idea que sigue sin convencer al piloto de 27 años. Beirer reconoce que "no se esperaba" el rechazo de Oliveira a la oferta del Tech 3, sobre todo ahora que la estructura francesa cuenta con más apoyo que nunca desde la fábrica.
"Tenemos a ocho de nuestros propios empleados en Tech 3", explica el mandamás deportivo de KTM. "Él mismo ganó dos carreras con Hervé [Poncharal]. No queremos dejarle de lado, queremos fortalecer este lado. Nuestro objetivo sigue siendo tener cuatro puestos de fábrica todas iguales. Es cierto que no se lo tomó como un cumplido. Luego más o menos se aisló y envió a su padre a otros equipos para negociar", sentencia Beirer sobre la actitud de Oliveira durante estos últimos días.
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Miguel, por su parte, no esconde que tanto él como su padre ya están en contacto con otros equipos para tratar de buscarle un asiento en 2023. En conversación con SKY Sport MotoGP, el portugués dijo en Montmeló que su objetivo ahora mismo es "pilotar una moto competitiva", y está claro que KTM no entra en sus planes: "Ese es el caso de Ducati en este momento. Parece que hay un asiento disponible en el equipo Gresini. Tuvimos una pequeña reunión, quisimos conocernos, nos sentamos a hablar. Todavía no hay nada serio, así que mi futuro sigue abierto. Mi objetivo es pilotar una moto capaz de ganar carreras", aseveró Oliveira.