 Redacción @todocircuitoweb |
Vlad Voronovich es un entusiasta de las dos ruedas que, además, es un auténtico artista a la hora de manejar metales y dar vida a piezas con formas prácticamente impensables, una cualidad ideal a la hora de crear motos únicas como la Suzuki B-King VRSC en la que este bielorruso ha estado trabajando estos último meses en su garaje de casa.
La base de esta preparación es una moto muy especial y rara de ver: una Suzuki B-King, una naked deportiva que la marca japonesa lanzó al mercado en el año 2007 aprovechando el mismo motor de cuatro cilindros y 1.340 cc de la Hayabusa, conservando intactos sus más de 180 cv de potencia para dar vida a una moto sin carenado capaz de coquetear con los 300 km/h.
Aunque en el apartado mecánico la B-King era una moto imponente, su estética algo descafeinada y sosa no dejaba ver la auténtica máquina que se escondía dentro de su chasis de doble viga, y sólo la presencia de dos enormes y voluminosos escapes traseros saliendo de su colín delataba el carácter especial de la B-King.
Voronovich siempre tuvo en mente que la B-King era una moto que Suzuki no supo vender bien, por eso ha querido demostrar que esta modelo podría haber sido mucho más rompedor y exclusivo de haber apostado por una estética mucho más arriesgada. La moto que ha creado este artesano de las dos ruedas deja a un lado el basculante de doble brazo del modelo original para dar entrada a un nuevo bastidor monobrazo heredado de una Honda CB1000R al que va unida una llanta que el propio Voronovich ha dado forma a partir de dos llantas de coche y que va calzada con un gigantesco neumático de 330 mm de amcho.
El subchasis trasero también es artesanal, construido siempre con la mente puesta en dejar espacio para los dos nuevos silenciosos que se ubican justo encima de su enorme 'donut' trasero'. Para los carenados laterales, Voronovich no se complicó y recurrió a los plásticos de una Hayabusa, aunque después les dio unas formas más angulosas y futuristas dejando a la vista gran parte de su corazón mecánico de 1.340 cc.
Encima del depósito, Voronovich ha tenido que instalar una entrada de aire de gran caudal para poder alimentar al airbox del motor al haber cambiado toda la configuración frontal de la moto, donde destaca un faro con forma de pico, el mismo que Ducati emplea en su Multistrada 1200 S.
El coste aproximado de esta preparación, incluyendo la adquisición de la moto, ha rondado los 30.000 euros. Para Voronovich, este importe está más que justificado viendo el éxito del que goza su remozada B-King en redes sociales, donde los likes se cuentan por miles cada vez que comparte alguna imagen o vídeo de ello.
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Aquí tienes un vídeo que el propio Voronovich ha compartido de este ambicioso y futurista proyecto:
