 Alex Delgado @ADelgadoM |
El malestar reina en el equipo Leopard Racing desde hace varios Grandes Premios. La falta de resultados ha ocasionado que existan ya algunos malestares internos que han provocado situaciones insólitas entre sus miembros. La última de ellas se vivió en el Gran Premio de Austria, cita en la que a una de las personas de la estructura se le retiró el pase permanenteal padre de uno de sus pilotos, que no tuvo más remedio que ver la prueba desde las gradas.
Eso fue lo que le sucedió al padre de Dennis Foggia, que se vio relegado a un segundo plano por razones que todavía se desconocen. Al finalizar la carrera, el piloto italiano ha hablado con La Gazzetta donde expresaba su extremo malestar: “Es una decisión injusta, una maldad, una injusticia. Tratar de esta manera a mi padre que me ha estado siguiendo durante 12 años, alejado del equipo y obligado a ver la carrera en las gradas”.
No contento con ello, Foggia iba un paso más allá y aseguraba que: “No quiero quedarme una temporada más en este equipo, aunque haya contrato hasta finales de 2022, al contrario, quiero pasar a Moto2”. De este modo, el italiano aseguraba que quería romper su actual contrato con Leopard, cerrando así su etapa en la categoría benjamina.
Poca información ha trascendido sobre la situación que se ha vivido en el interior del equipo Leopard Racing. Al parecer, la figura del padre en la estructura era un inconveniente para la adaptación y desarrollo del fin de semana. Según indican desde el medio anteriormente citado, el progenitor no permitiría la libre comunicación entre su hijo y los miembros del equipo, siendo una parte activa, y participando en las decisiones de su hijo.
Históricamente el papel de los padres en el mundo de la competición ha sido de un segundo plano. Los padres de Mike Hailwood, Barry Shene o Renzo Pasolini estuvieron cerca de sus hijos, pero siempre se mantenían entre bastidores y no indicaban a los técnicos de cada equipo qué debían hacer en cada momento.
Antes, los padres dejaban a los hijos campar a sus anchas, pero actualmente, esos hijos se han convertido en padres y han visto que es necesario controlar a sus hijos y ofrecerles esa seguridad y protección que no han tenido con anterioridad. Este exceso de sobre protección ya ha jugado malas pasadas en el pasado en el Mundial, donde los intereses de los mayores han estado en un primer plano impidiendo el libre desarrollo de los hijos.
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El debate sobre el papel de los padres en los circuitos está sobre la mesa, algo que es evidente, puesto que estos se encargan en muchas ocasiones de hacer frente a excesivos préstamos con la finalidad de ver a sus hijos encima de la moto. Este exceso de responsabilidad, en muchas ocasiones es una presión externa sobre el piloto, que se ve en la obligación de lograr buenos resultados cueste lo que cueste, llegando a ocasionar tensiones en los equipos que terminan tomando caminos separados.
