 Por Alfonso Somoza @sukosomoza | Google + |
19 días y 500 noches es una de las canciones más conocidas de Joaquín Sabina, y también un título perfecto que define la situación actual de Marc Márquez. Este pasado 31 de marzo se cumplieron 500 días desde que el piloto de Cervera finalizara su última carrera de MotoGP, el Gran Premio de Valencia del año 2019, una cita en la que Marc remató su sexto título de MotoGP subiéndose al peldaño más alto del podio.
Curiosamente, además de cumplirse 500 noches de su última victoria, el mayor de los Márquez también está a 19 días de disputar, por fin, su primera carrera de MotoGP después de la fatídica caída que sufrió el catalán el 19 de julio de 2020 y que le ha obligado a pasar por quirófano hasta en tres ocasiones, la última en diciembre de 2020.
Si no cambia la situación y, sobre todo, si Marc pasa con éxito la revisión médica prevista para el próximo 12 de abril, el piloto del Repsol Honda Team volverá a pilotar su RC213V a partir del FP1 del Gran Premio de Portugal que acogerá el Circuito de Portimao el viernes 16 de abril.
Esa será la primera prueba de fuego real para un Márquez que, hasta el pasado 17 de marzo, no había vuelto a tocar una moto de carreras desde que intentara, sin éxito, participar en el Gran Premio de Andalucía sólo cuatro días después de su primera intervención en la Clínica Dexeus de Barcelona.
El #93 de Honda se probó a fondo en un test privado que HRC organizó cerca de Cervera, en el Circuit de Barcelona-Catalunya, empleando su RC213V-S particular, una motocicleta de edición limitada que Honda lanzó en 2015 que deriva de la RC213V utilizada en competición en la temporada 2014, aunque homologada para su uso en carretera abierta.
Los 215 cv de la RC213V-S pusieron a prueba el húmero derecho de Marc Márquez. Los pocos detalles que se han ido filtrando de aquel test confirman que el catalán se sintió cómodo, y aunque al principio fue dosificando sus fuerzas con tandas cortas, Marc apuró todo lo que pudo las horas de reserva de la pista y se marchó del trazado de Montmeló pasadas las 17:00 de la tarde con muy buenas sensaciones en el cuerpo.
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Dos días después, el #93 voló de manera fugaz hasta Portugal para volver a rodar con su RC213V-S, esta vez en la pista de Portimao, un circuito desconocido para Marc. El hecho de que Márquez decidiera ejecutar aquí su segundo test privado no es una coincidencia: MotoGP visitará este trazado del 16 al 18 de abril, y salvo sorpresa de última hora o una nueva recomendación de los médicos para que el piloto español prolongue unas semanas más su rehabilitación, Marc Márquez se unirá a Pol Espargaró en el box del Repsol Honda Team coincidiendo con la primera cita mundialista en suelo europeo.
Desde aquel test en Portimao del 19 de marzo, no hemos vuelto a ver a Marc pilotando una moto. La actividad en redes sociales del #93 ha sido muy discreta, y además de compartir una imagen animando a su hermano Alex de cara al Gran Premio de Losail, el mayor de los Márquez subió una fotografía suya refrescándose en la piscina tras una sesión de 30 minutos de running y otra instantánea junto a su bicicleta de carretera tras regresar de uno de sus entrenos.
Ya son 500 noches sin conocer las mieles del triunfo, y sólo 19 días para volver a un paddock que, en ausencia de Marc Márquez, ha cambiado radicalmente durante el último año. El #93 se reincorporará a un campeonato que vive un momento histórico de máxima igualdad, con todas las fábricas capaces de lograr buenos resultados en carrera tal y como ya demostró KTM en 2020 y Aprilia en este arranque de curso.
Sin embargo, si algo ha demostrado Marc a lo largo de esta última década es su capacidad para ser ese elemento diferenciador capaz de elevar el listón en MotoGP. La duda que tiene todo el paddock es: ¿veremos al mismo Marc Márquez después de su lesión? Sólo el tiempo nos dará una respuesta, y ojalá sea positiva.
